El reconocido locutor es despedido con muestras de afecto y dolor por el sector de la educación y los medios tras su trágico deceso en aguas del río.
Falleció en forma trágica un joven padre de familia, trabajador de prensa y de la educación en la ciudad. Se trata de Juan Ramón Velázquez, cuyo cuerpo fue rescatado ayer de aguas del río Uruguay. Él y su esposa habían salido en dos embarcaciones tipo kayak de remo fijo el jueves por la mañana y cuando regresaban, cerca de mediodía, la mujer lo perdió de vista en el canal de ingreso al puerto. Desde ese momento comenzó la búsqueda por parte de efectivos de Prefectura Naval de Puerto con distintas embarcaciones. Caída la tarde cesó la búsqueda que se reinició ayer con las primeras luces del día, finalmente, a 24 horas de su desaparición, fue hallado su cuerpo en el acceso al puerto.
Aparentemente a Juan Ramón Velázquez de 41 años de edad, se le habría dado vuelta la embarcación que tripulaba cuando emprendía en regreso al igual que su esposa.
Era locutor, periodista y decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU). En su momento fue también director de la radio LT11 y colaborador de medios de la región como corresponsal.
Estaba casado con Rosalía Silvana Flor y era padre de dos niñas: Agostina y Larisa.
Su vocación lo llevó a perfeccionarse en la profesión que había elegido y tener la satisfacción de ocupar cargos de importancia como los mencionados. Su personalidad franca y abierta, su sonrisa permanente, le granjearon la amistad y el aprecio de muchas personas que hoy lamentan su partida, tanto en los círculos periodísticos como entre sus numerosos amigos que por estos momentos acompañan a su familia en el dolor.
Sus restos que fueron velados en el salón de actos de La Fraternidad, serán inhumados hoy sábado en el Cementerio Parque.
El recuerdo de un ‘buen tipo’
Todas las personas del ambiente periodístico y personal de Juan Velázquez, coincidieron en una definición: Juan era ‘buen tipo’.
En este contexto, allegados a él, como el periodista y locutor Fabián Galarraga, lo despidieron con recuerdos. En diálogo con LA CALLE recordó: “Con Juan compartimos muchos espacios, los más importantes en términos de tiempo han sido el programa que conducimos a la mañana en la radio que se llamó Entre nosotros y el día en LT11 y luego la gestión”.
“Éramos una especie de codirección, siempre jodíamos que éramos la fórmula con Juan. El estaba a cargo de la dirección general y yo de la dirección periodística y los contenidos, por eso trabajábamos muy juntos. Y bueno, vivimos mil anécdotas, mil viajes, mil problemas también de toda índole”, acotó.
En lo personal destacó: “Juan siempre fue un tipo generoso por sobre todas las cosas, y buen tipo, que creo que es como lo vamos a recordar todos, como un tipo bueno, de buen corazón, noble, generoso y de mucha lealtad”.
“Parece que Juan estaba destinado a que todo lo que hizo, todo lo bueno que le pasó en la vida, en lo personal y profesional, que todo fue con mucho esfuerzo también, hubiera sido rápido. Como si todo hubiera tenido que ser así, intensamente. Parece que todo se preparó para que todo sea en poco tiempo, porque fijate la carrera que hizo, de ser director de la Carrera de Locución, pasó a ser director de LT11, después se convirtió en Decano de la Facultad de la Comunicación y de la Educación, y un montón de cosas que se dieron en tan poquito tiempo y yo decía: ‘qué rápido va este chico en su carrera’, y claro, seguramente tenía que ver con estas cosas del destino, de la naturaleza y que solamente Dios sabe. Así que va a quedar éste como uno de los momentos más tristes y el recuerdo de Juan va a ser el mejor para siempre y la certeza de haber conocido un gran tipo”, añadió. Por otra parte resaltó: “La enorme gratitud que a mi me queda también por cuanto el abrazó la causa de las personas con discapacidad y los temas de inclusión. Él se puso a la par de nosotros en estos temas. No solamente como director de la radio, sino como director de la carrera de Locución y Decano, él siempre estuvo muy cerca de todas las causas vinculadas a la inclusión, de las personas con discapacidad, no solo en lo visual, sino en todos los órdenes. Y de hecho fue hasta ayer parte de nuestro proyecto ImaginArte. Fue uno de los iniciadores junto a María José y el resto de los chicos, y era uno de los coordinadores”, concluyó.
Juan, el Bueno
Por su parte el director de LT11, periodista y locutor, Abelardo Santángelo, escribió: “Juan Velázquez era tan bueno cuanto en su humanidad cabía la bondad; medía uno noventa y pesaba cien kilos. Era un grande bueno.
Lo conocí cuando tenía 18 años y ya era bueno, buenazo. Trabajó en comunicación como se trabaja cuando se quiere la comunicación, haciendo de todo y por poco. Y se hizo bueno en lo suyo”, agregó.
En otra parte del recuerdo, dijo: “Lo vi por última vez el miércoles, a las seis de la tarde, y no me imaginé que estaba despidiéndome de un tipo bonachón, de un buen amigo, de Juan, el Bueno”, concluyó.
Desde otro lugar, el periodista Juan Antonio Izaguirre, también se refirió a Juan: “¿Dónde te fuiste hermano? ¿Qué huella del agua te llevó tan lejos que ni siquiera pude abrazarte en la partida?”
“El joven Juan ‘Nanón’ que comenzó a despertar a la pasión de la comunicación a mi lado”, recordó.
En otra parte destacó: “No habrá institución que pueda negar tu solidaridad. No habrá colega al que le haya faltado una mano de Juan Ramón para su alivio o una broma para tomarse un respiro”.
“Hasta siempre hermano. Sabes que tu familia sabe que puede contar conmigo como tanta gente contó con tu auxilio”, se despidió y finalizó: “Descansa ahora, amigo mío. Se te extrañará mucho”.
La calle
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