El obispo de Concordia, Luis Armando Collazuol, quedó contra las cuerpos. El abogado Pedro de la Madrid le envió una segunda carta documento en la que le exige una rectificación de los dichos del Obispado en un comunicado en el que se hizo referencia a una práctica de interrupción voluntaria del embarazo a una niña de 13 años, realizada en el Hospital Delicia Masvernat.

El caso fue planteado por sectores “pro vida” como un “asesinato” de una “beba de 5 meses”, y desde la Iglesia de Concordia se habló, en un comunicado que se divulgó el 7 de diciembre, que “el bebé nació con vida y estuvo debatiéndose durante varias horas por seguir viviendo hasta que finalmente su corazoncito dejó de latir”.

“Hemos conocido, con profundo dolor, el caso acontecido en un Hospital público de la ciudad de Concordia, y que tomó estado público por una nota periodística en un Medio digital, de un aborto practicado a una menor en el quinto mes de su embarazo, por orden judicial”, planteó el Obispado de Concordia.

Tras ese primer pronunciamiento, el abogado De la Madrid, que representa a la familia de la menor, le envió una primera carta documento a Collazuol el 11 de este mes en la que hizo notar al obispo de Concordia que el pronunciamiento oficial de la Iglesia avaló “circunstancias claramente falsas, mendaces y cargadas de una morbosidad pocas veces vista en nuestra civilidad”.

Y que “las manifestaciones públicas realizadas por usted, en su condición de Obispo de Concordia, sustentadas en hechos claramente falsos, determinan una notable tristeza y pesadumbre. Ello, dado que se alejan de las enseñanzas de Jesús y conspiran, irremediablemente, con la vocación y confianza en la práctica religiosa”.

Además, que las “manifestaciones realizadas por usted, sustentadas en la morbosidad falsa de señalar que un recién nacido permaneció diez horas vivo sin atención médica -cuando la historia clínica se constata que nació sin vida y que fue secuestrado (como óbito) inmediatamente (es decir en minutos de ocurrido el suceso) por la Fiscalía en un frasco con formol-, se olvidó de cuidar al prójimo más necesitado en el evento: una pequeña niña de trece años, violada y que luego de conocidas las repercusiones públicas, intentó en dos oportunidades quitarse la vida”.

El obispo no respondió. No dijo nada, aún cuando el letrado advirtió entonces con la posibilidad de iniciar acciones legales.

Ahora, De la Madrid envió una segunda carta documento a Collazuol de tono más urgente.

De la Madrid plantea que “acreditada la falsedad de las manifestaciones respecto de la morbosa manifestación realizada por Ud respecto de la sobrevida por varias horas, es que se reitera la intimación, con el solo ánimo que reflexione, pondere, medite, dado que representa a muchas personas”.

“Y voy a ser muy claro -afirma en la carta documento-, no se cuestiona su legítima posición en contra del aborto, sino que se reprocha que se utilice una macabra falsedad para justificarla”. Y agrega: “Y soy absolutamente claro, de no mediar un compromiso sincero y real de su parte, rectificando en forma amplia el severo error de sus manifestaciones, se accionará en todos los ámbitos, espacios y alcances que por derecho corresponden”.

De la Madrid señala que “no tengo intereses económicos, más aún en forma muy simple y con mi propia firma, le informo expresamente que las sumas que se obtengan de los daños y menoscabo que Ud. ocasionó serán donadas y entregadas a Unicef para que continúe asistiendo a chicos y chicas dañados por los abusos de toda índole”. (Entre Ríos Ahora)

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