Se cumplieron 13 años del crimen de las mellizas Maidana, que conmocionó a Entre Ríos. Las pequeñas fueron degolladas por su padre cuando tenían dos años de edad. El autor podría tener salidas socio familiares dentro de dos años.
Las niñas Candela Trinidad y Juliana Nazarena Maidana fueron asesinadas por su padre, Marcelo Maidana, cuando tenían dos años de edad. El lunes pasado se cumplieron 13 años del brutal hecho ocurrido en Concepción del Uruguay.
El filicida fue condenado a perpetua por el doble crimen y a los 15 años de reclusión podría solicitar el beneficio de salidas socio familiares.
Maidana mató a sus hijas en un campo luego de hacerlas beber cerveza. Tras ello, se entregó a la policía. Manifestó haberse arrepentido y permanece alojado en la Unidad Penal N° 4, donde mantiene una correcta relación con sus pares y guardia cárceles, según informó LT11.
El caso
El 8 de octubre de 2005, Marcelo Maidana degolló sus dos hijas Candela Trinidad y Juliana Nazarena, de dos años de edad, para luego entregarse en la Delegación de la Policía Federal Argentina de Concepción del Uruguay.
El filicida llevaba una compleja situación con su esposa Lucrecia Méndez, de 21 años, lo que llegó a su máxima expresión ese día, cuando Maidana decidió matar a sus hijas, para lo cual las cargó en su auto Ford Falcon color amarillo y las llevó a un campo por la zona de Colonia Elia, donde las hizo beber cerveza y comer, para luego degollarlas.
Una vez consumado el brutal crimen, Maidana colocó los cuerpos de sus hijas en el asiento delantero del auto, las tapó con un cartón y así se dirigió a la dependencia de la Policía Federal en calle San Martín y Artigas de Concepción del Uruguay, donde se entregó.
«Vengo a entregarme porque maté a mis hijas», habría dicho el filicida a los policías de la Federal, que salieron a la calle y se encontraron con la terrorífica situación: Sobre el asiento, tapadas por el cartón donde momentos antes estuvieron sentadas, se encontraban las mellizas con las tremendas heridas.
Marcelo Maidana fue detenido y tomó intervención en primer momento la doctora Estela Natal de Rebossio, jueza de Instrucción N° 2 de Concepción del Uruguay, para luego quedar a cargo de la investigación, la jueza de turno, Marta Cristina Bonifasino, quien realizó la instrucción que finalmente lo llevó a juicio, siendo representado por el único abogado que aceptó tremenda representación legal, Mario Schreiner.
El defensor realizó un trabajo muy complejo, sobre todo teniendo en cuenta la condena social que ya pesaba sobre Maidana, y trató de probar la inimputabilidad de su cliente por no haber actuado en plena conciencia de sus actos, buscando apoyo en sus argumentos en pericias realizadas por peritos de parte, tratando de demostrar que Maidana actuó bajo supuestos delirios místicos.
La querella fue ejercida por el doctor José Ostolaza, acusó al imputado, lo que ocurrió también con el entonces Fiscal de Cámara, doctor Diego Young.
Finalmente el Tribunal integrado por los doctores Néstor Fervenza, Fabián López Moras y Alberto Seró, encontró a Maidana culpable de homicidio reiterado doblemente agravado por el vínculo y por alevosía, y lo condenaron a prisión perpetua.
Las únicas declaraciones
En el 2011, Maidana recibió al periodista Pablo Bianchi y rompió el silencio.
«Yo me crié de una manera. No tuve casi padre y yo le decía a quién era mi mujer, no quería que mis hijas pasaran por lo mismo. Yo por eso pude perdonar que me haya engañado con otro y lo hice por las nenas. Después de eso, cuando volví antes del trabajo, la encontré con el tipo. Ahí tuve la oportunidad, me aguanté y no hice nada. Muchos me dijeron por eso que me había equivocado de víctima al hacer lo que hice», dijo en aquel entonces.
Recordó que a partir de ese momento comenzaron fuertes discusiones y la idea de una separación, surgiendo la posibilidad de ir a un abogado y ver con quien quedarían las nenas, pero fue en ese momento que Lucrecia Méndez le habría dicho algo que lo hizo transformar: «No son hijas tuyas».
«Ella me dijo que por qué me hacía problema si las nenas no eran hijas mías. Yo no entendía y le pregunté por qué había esperado tanto tiempo para decirlo. Fue en ese momento que se me cruzó toda mi infancia y la idea de las mellizas estuvieran con otro padre que no las trataría como el propio. Eso fue lo que me hizo reaccionar y no es como dijeron que lo planee. Lo hice, me equivoqué y estoy sumamente arrepentido, pero ya está y no lo puedo remediar. Nadie hace nada por nada y algo hace que se explote. No razoné y entiendo a la gente que piense como pensó de mi», explicó Maidana, según reproduce el sitio 03442.
El filicida contó en esa oportunidad que se aferró a la religión y concurría a misa seguido, donde además hablaba con el sacerdote y contó que sus compañeros de celda lo entendieron y de apoco fue superando su estado. «Gracias a Dios, si bien no es fácil, tengo el apoyo de mi vieja y mi hermano y debo luchar por ellos que son los que quiero», destacó. (El Once)