La culpa no es del modelo. Afirman que el buen nivel en Primaria demuestra que otros factores inciden en los problemas de aprendizaje
El 70,3% de los estudiantes que finalizan la Secundaria alcanzan un nivel básico o por debajo del básico en Matemáticas en la provincia de Entre Ríos, un par de puntos porcentuales por debajo del promedio nacional, del 68,8%, según los resultados del operativo Aprender 2017. Es decir, que apenas pueden resolver problemas simples. Sin embargo, en el nivel primario, seis de cada 10 chicos que están en el último año, alcanzan un nivel satisfactorio o avanzado.
La conclusión, a la que arribaron dos especialistas consultados por UNO es que los magros resultados en la escuela media no se relacionan con la actual enseñanza basada en la teoría francesa. Inciden en esos problemas de aprendizaje muchos otros factores, que van desde aspectos socio-económicos hasta docentes en Secundaria que provienen de una profesión con base de Matemáticas –bioingenieros, contadores, ingenieros–, porque faltan profesores de esta materia. En la Primaria, los docentes son maestros recibidos como tal.
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Solo el 4,2% de los estudiantes secundarios argentinos logra un nivel avanzado en Matemáticas, lo que supone resolver problemas complejos e inferir datos no explícitos, según el Aprender 2017. En tanto, la prueba PISA 2012 ya había indicado que el 90% de los alumnos argentinos de 15 años tuvieron dificultades para manejar fracciones, porcentajes y decimales.
Los datos estadísticos se desprenden de la evaluación remitida a UNO por el Observatorio Argentinos por la Educación, titulada «Radiografía de los aprendizajes de Matemática en Argentina». Justamente, allí se remarca la actualidad de la temática, frente a la decisión del Ministerio de Educación de la Nación de aplicar una reforma de la enseñanza de Matemática en las escuelas, siguiendo el modelo de Singapur, a partir de 2019.
Graciela Paredes, directora de la carrera de Profesorado en Matemáticas que dicta la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) en Oro Verde, consideró que hasta el momento prácticamente no ha habido capacitación, sea para docentes o formadores docentes, bajo ese nuevo esquema. Y aportó su reflexión, en base a la investigación particular, acerca del modelo de Singapur: «Distintos especialistas del país lo critican que es como volver atrás, porque este método hace pasar de lo concreto a lo abstracto mediante la representación, el ejercicio repetido y la mecanización de las Matemáticas. Es decir, se vuelve a hacer hincapié en eso y no da lugar a los procesos de comprensión que son los que favorecen justamente la comprensión para poder entender una situación y dar estrategias para la resolución de un problema».
Ante la consulta de UNO, explicó que ese método se centra en el resultado, y así si a los alumnos les va bien o mal. A su criterio, pese a la mirada de las autoridades nacionales, el método de Singapur se aplica en un país que tiene un Producto Bruto Interno (PBI) alto, otra contextualización, y también otra realidad socio-económica. «Es más –aportó–, los especialista dicen que no se sabe si justamente, en ese país ya están preparando todo el año a sus alumnos para el momento de la prueba, cosa que acá no se hace, ya que la prueba se toma sin que nadie antes haga una preparación previa. Acá hay una currícula que no tiene que ver mucho con lo que son ese tipo de pruebas».
Paredes, que días atrás participó de un encuentro en Córdoba con distintos referentes de Matemáticas del país, reflejó el pensamiento de los especialistas: «Hablando de este tema, muchos de ellos dieron cuenta también del temor de aplicar este método, porque en realidad tiene como finalidad la mecanización y memorización de los resultados, va por las cuentas nada más, y así se desconocería toda la otra parte que tiene la Matemáticas, como la construcción geométrica, cálculo de probabilidades, la aplicación o interpretación básica de una estadística. Entonces es como que estamos dando un paso hacia atrás de todo lo que hemos logrado en estos 25 años».
Acerca de los malos resultados en Matemáticas en Secundaria, consideró que influye el cambio del perfil del adolescente, en relación a hace 30 años, como sucede también con los estudiantes de Profesorados y Licenciaturas. «Hay una nueva realidad que atraviesa a nuestros alumnos, el chico va a la escuela cargado de muchas cosas en la cabeza, no solo de resolver un problema o hacer una cuenta. También las formas de enseñar pasan hoy más por captar su atención, desde otro lugar, utilizar software o enseñarles a usar una calculadora científica, o saber dónde buscar la información, o usar un simulador, cosa que antes no sucedía. Es algo que se va dando paulatinamente y no se ven los resultados ya como óptimos, pero hay muchos docentes que ya lo están trabajando muy bien. Lo que faltaría acá es implementar más acciones de capacitación», consideró, y aportó también como un aspecto central, la parte económica de los docentes: «Terminé un curso de capacitación y pregunté a los profesores en cuántos establecimientos trabajaban; eran 47 personas y todos trabajaban en dos lugares y otros hasta llegaban a trabajar en tres turnos». A ello hay que adicionarle que en el nivel Medio muchos docentes son de profesiones vinculadas, ante la falta de profesores para cubrir las horas de la materia.
Otra opinión
En Primaria, los desempeños son mejores: en Aprender 2016, el 58,6% de los estudiantes de 6° grado se ubican en los niveles satisfactorio o avanzado, refiere el informe del Observatorio por la Educación. «El problema del aprendizaje de la Matemática en la escuela no está necesariamente vinculado con la didáctica que utilizamos para su enseñanza», señaló Gustavo Zorzoli, profesor de Matemáticas y rector del Colegio Nacional de Buenos Aires.
«Claramente, los índices y resultados en la escuela Secundaria son muy malos, pero no ocurre lo mismo con la primaria: seis de cada 10 chicos en 6° grado está en nivel satisfactorio o avanzado; y al finalizar la escuela Secundaria, en el mismo nivel tenés tres de cada 10. Ahí podés observar que esos cinco o seis años los pibes pierden efectividad. Entonces la primera observación que me planteo es que el marco teórico desde donde enseñamos Matemáticas, que es la teoría francesa, no es el problema más grave que tenemos que analizar, porque la escuela Primaria tiene resultados que pueden ser prometedores. El problema lo tenemos en la Secundaria», reflexionó.
Ante la consulta de UNO, desglosando el informe, apuntó que otra preocupación es que las mayores dificultades se dan en las provincias más pobres. «Está estudiado e investigado que los resultados que obtienen los chicos en las escuelas no dependen sobre todo de lo que se haga en la escuela; en realidad hay un estudio que dice que el impacto del aprendizaje de la escuela en los chicos es un 30%. El resto depende de variables exógenas: la más importante es la socioeconómica. Y eso se ve en el estudio, porque se advierte en los distintos niveles socioeconómicos, cómo varía el nivel educativo».
Zorzoli repasó que por ello no es casual que Capital Federal tenga el mejor nivel (53,3%) y Córdoba (42,3%), con resultados hasta cuatro veces más altos que los de provincias como Chaco (15%) y Formosa (12%).
«Los mejores índices también se ven en las provincias que tienen larga experiencia y trayectoria en reformas curriculares, como Capital, Mendoza, Córdoba, y eso se ve», planteó y analizó: «La forma de enseñar Matemáticas cambió hace 30 años, con la didáctica francesa. Pero entró en los diseños curriculares de la Primaria y en la formación de maestros. Y mucho después en la Secundaria; lo que probablemente esté pasando es que vos en la Primaria tenés maestro con título, son formados y aprendidos de didáctica de Matemáticas. Además, el porcentaje de docentes que enseñan Matemáticas y que no son profesores de Matemáticas, sin saber la didáctica, es muy alto». (UNO)