La nieta restituida número 126, hija del uruguayense Edgardo Garnier y Violeta Ortolani, relató que entre las coincidencias halladas entre ella y su familia sanguínea encontró que tenía rasgos de su madre y de su padre y también de su única abuela viva, a quien conoció ayer al visitarla en nuestra ciudad.
“Me parezco a los dos, pero más a mi papá por la cara alargada y delgada, con orejas grandes, pero también a mi mamá por los ojos negros y las cejas pobladas”, relató Adriana, la última nieta recuperada en declaraciones a radio Splendid.
Desde que el pasado miércoles conoció su verdadera identidad, la joven abogada admite que aún no puede “caer en la realidad” y que tras conocer a su abuela Blanca, padre de Edgadrdo Garnier, fue sorprendida por ser “una persona hermosa por dentro y por fuera que irradia muchísima luz”. (La calle)