Víctimas de las inclemencias del tiempo, los usuarios deben aguardar en veredas y banquinas a cielo abierto
Las lluvias siempre traen aparejados diferentes problemas en la ciudad de Concepción del Uruguay. No sólo dificultan el tránsito, anegamiento en las calles e inundaciones en algunos barrios, sino que además pone de manifiesto, entre otras cosas, la ausencia de refugios en las paradas de los colectivos. Las graves dificultades que atraviesan todos los días cientos de pasajeros, obligados muchas veces a esperar una hora a los distintos colectivos que necesitan tomar para llegar a sus trabajos u hogares, tienen el agravante de que en la mayoría de las paradas no existen los refugios bajo los cuales los usuarios pueden ponerse a resguardo de las inclemencias meteorológicas.
A cielo abierto
Cuando llueve o arrecian el frío o el calor, la gente busca el amparo ocasional que ofrecen los toldos de los comercios o las copas de los árboles.El problema se presenta, por ejemplo, en la esquina de calle San Martín y España, donde ayer durante toda la jornada los vecinos que esperaban que llegue el colectivo no sabían en qué lugar refugiarse para protegerse de la intensa lluvia que mitigó a la ciudad durante todo el día. En diálogo con La Calle, muchos de ellos manifestaron su malestar y destacaron que es una denuncia constante la ausencia de refugios en las paradas. Cabe destacar que ante total falta de dichos espacios, se conforman grupos de personas que aguardan en las banquinas, a cielo abierto, afrontando inclusive los riesgos que pueden sobrevenir de esas largas esperas a la intemperie, en especial a mujeres embarazadas y adultos mayores.
Únicos en el mundo
Desde este medio nos comunicamos con Luis Caraballo, titular de la empresas Buses del Uruguay que hoy está al frente del servicio público local de colectivos quien comentó: “si bien la gente reclama por los refugios, lo hace comparándose con otras ciudades porque aquí nunca hubo, creo que debemos ser el único lugar en el mundo que no tiene espacios de contención para los pasajeros. Desde el municipio no le dan importancia, dicen que nos tenemos que hacer cargo nosotros cuando sabemos que no es así porque nosotros no podemos instalar algo en una vereda sin una autorización municipal. Esto es así acá o en la China, no nos corresponde”.
“La gente viaja menos cuando llueve y uno de los factores es que no tiene donde esperar el colectivo. Más allá de una cuestión comercial esto es una cuestión humanitaria. Más allá de que se moje o no se moje, el servicio es necesario, habría que dárselo y ponerlo entre algunas de las prioridades”, señaló Caraballo y añadió: “esto a un municipio no le cuesta nada. Se trata de escuchar a la gente y no lo hacen. Hemos llevado muchísimas propuestas, desde gestionar publicidades hasta firmar convenios, pero sinceramente estamos cansados, hacemos lo propio y ya está. Nos han pedido canjes a cambio de las paradas y nunca llegaron, parecería que nos toman el pelo. De parte nuestra ya no hay más nada por hacer”.
De larga data
La problemática de los refugios se viene tratando desde hace muchísimos años. Fueron distintos los gobiernos municipales que proyectaron la construcción, incluso el gobierno actual hizo referencia a ello dentro de planes que encabeza la Dirección de Seguridad Ciudadana. En esta línea Caraballo opinó: “hay expedientes hechos, hay pedidos formales. En todas las gestiones que pasaron es la misma historia. Recuerdo haber ido a tomar las medidas de las paradas viejas, donde la línea ya no pasa, para la construcción de nuevas, por ejemplo pero nunca se concretó nada. Queda todo en el aire”, recalcó Caraballo explicando que hay 18 refugios instalados en la ciudad pero por donde el colectivo ya no pasa, por lo que han pedido que se reubiquen en las nuevos puntos pautados por la empresa”, concluyó señalando sobre la problemática. (La calle)
