Salud recuerda la importancia de detectar el linfoma en el Día Mundial de la enfermedad

Cada 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma para concientizar sobre esta enfermedad del sistema inmunológico y promover el reconocimiento temprano de sus síntomas. El Ministerio de Salud destacó que la detección oportuna, junto con los avances en los tratamientos, permite alcanzar altas tasas de curación.

El linfoma es un tumor que se origina en las células del sistema inmunológico. Cuando estas células comienzan a multiplicarse de manera descontrolada, pueden formar masas o ganglios aumentados de tamaño y afectar diferentes órganos del cuerpo.

En este marco, la oncohematóloga pediátrica del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, Alejandra Deu, explicó: «El linfoma es uno de los cánceres más frecuentes en pediatría y, gracias a los avances en los tratamientos, la mayoría de los niños y adolescentes que lo padecen pueden curarse». Precisó que existen dos grandes grupos de linfomas: los de Hodgkin y los no Hodgkin, con distintos subtipos dentro de cada categoría. En la infancia y adolescencia, los más frecuentes son el linfoma de Hodgkin clásico y, entre los no Hodgkin, el linfoma linfoblástico y el linfoma de Burkitt.

Entre los síntomas de alerta se encuentran el aumento de tamaño de ganglios en cuello, axilas o zona inguinal que no duelen y persisten más de tres semanas, fiebre sin causa aparente, sudoración nocturna y pérdida de peso.

El diagnóstico se confirma mediante biopsia del ganglio afectado, complementada con estudios de imágenes y análisis de laboratorio. El tratamiento depende del tipo de linfoma, pero habitualmente incluye quimioterapia en altas dosis y, en algunos casos, radioterapia. En los últimos años se incorporaron terapias dirigidas e inmunoterapias que aumentan la eficacia y reducen los efectos adversos.

La especialista aclaró que «no existen medidas de prevención específicas ni controles poblacionales que permitan una detección precoz». Sin embargo, remarcó la importancia de consultar al pediatra de cabecera frente a la aparición de síntomas persistentes, ya que el diagnóstico temprano permite iniciar rápidamente el tratamiento y obtener mejores resultados.

Deu destacó que el linfoma puede afectar a personas de todas las edades, pero en pediatría ocupa el tercer lugar entre los cánceres más frecuentes, después de las leucemias y los tumores del sistema nervioso central. «Afortunadamente la mayoría tienen buen pronóstico y, con el tratamiento adecuado, la mayoría de los niños pueden curarse», concluyó.

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