En audiencia realizada este miércoles pasadas las 11 de la mañana, en la Sala del juzgado de Garantías de Concepción del Uruguay, presidida por la jueza Nº 1, doctora Melisa Ríos, se dispuso la prisión preventiva del sujeto imputado de ser el responsable del crimen de conocido abogado penalista uruguayense, doctor José Pedro Peluffo, hecho ocurrido el 14 de diciembre de 2021, frente a su casa del Barrio La Concepción.
En Sala estuvieron presentes la doctora Gabriela Seró, fiscal del caso, la doctora Alejandrina Herrero, defensora oficial y el acusado Luis Alberto Grandolio, de 38 años de edad y oriundo de Campana, provincia de Buenos Aires.
LA AUDIENCIA
Gandolio fue detenido luego de dos meses de estar prófugo, al ser sorprendido por personal de Investigaciones en el Barrio Malvinas Argentina, donde tiene familiares. Luego de ser notificado de los cargos, y alojado en Comisaría Primera, tras haberse negado a declarar, fue llevado la audiencia, para tratarse su situación procesal.
Tras la presentación de las partes, la jueza entrevistó al acusado quien dio datos de su vida, como lugar de nacimiento estudios, datos personales y ocupación, señalando que trabaja por su cuenta en el domicilio donde fuera hallado, algo que la Fiscalía remarcó como una mentira descarada, ya que nunca estuvo en el domicilio en todos estos meses.
EL ALEGATO FISCAL
La doctora Seró dio un detallado informe del hecho en el cual Grandolio, junto a otros tres sujetos aun no identificados (uno de estos una mujer) concurrieron en un auto Siena a inmediaciones del estudio jurídico del doctor Peluffo, dejando el auto y caminando junto a su cómplice hasta donde se encontraba la víctima, diciéndole “hijo de puta” y le dispararon al instante a corta distancia y escapando en dirección al auto. El abogado sufrió dos impactos, uno de los cuales afectó una arteria que obligó a inmediatas transfusiones y una intervención quirúrgica, pero las complicaciones lo llevaron posteriormente a la muerte.
La fiscal confirmó que se le imputa el delito de “Homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”, como coautor.
La doctora Seró dio detalles de los elementos obrantes en la causa, que permiten establecer la mecánica del hecho por videos de cámaras de vigilancia y testimonios, observándose a los sujetos bajando del auto y las armas, así como el ataque, incluso disparando con otra arma al trabarse la primera usada. También se ve al auto y se pudo constatar la patente, cuya titular es Paola Romina Espinosa, pareja del acusado, resaltando que en el auto quedaron dos personas, una de ellas sería una mujer, lo que se observa en las cámaras que fueron captando el auto en su huida hasta el Barrio Malvinas.
En el allanamiento tras el hecho, tanto Grandolio como su mujer se habían ido dejando el auto en el cuales e hallarlo huellas dactilares del supuesto homicida.
Por otra parte, la fiscal resaltó que en esa misma casa, debía estar Federico Ramírez condenado por narcomenudeo y bajo custodia de la señora Espinosa.
PELUFFO LO RECONOCIÓ
La sorpresa fue cuando la fiscal confirmó que el doctor José Peluffo, cuando todo parecía encaminarse a una recuperación tras el ataque, dialogó con oficial Leiva de Investigaciones que fue a verlo al hospital y le confirmó con certeza que su agresor fue el “Pepo” Grandoni y afirmó que lo reconoció, en tanto que al día siguiente, antes del lamentable desenlace, Peluffo se comunicó con la Fiscalía y declaró que pudo reconocer claramente a uno de sus agresores que era Grandolio y confirmó que lo denunciaba formalmente, lo que no pudo plasmarse en declaración por su fallecimiento.
Siguiendo su alegato, agregó que las prendas usadas en el hecho que se ven en las cámaras, la Policía pudo recabar imágenes del Facebook personal de acusado, donde se lo ve con esas mismas ropas colocadas, lo que es otra importante evidencia de cargo.
La doctora Seró considera necesaria mantener la prisión preventiva dada la peligrosidad de este sujeto que ya cuenta con una condena cumplida recientemente de 10 años y 8 meses, teniéndose confirmado que hay otros involucrados no identificados, incluso que la banda que Grandolio lidera, está integrada por al menos siete personas, algunas de gran peligrosidad, entra las que está siendo investigada su propia pareja.
La representante del MPF, resaltó la forma descarada con la que Grandolio miente sistemáticamente, algo que hizo en sala cuando fue entrevistado por la jueza al decir que trabaja en su domicilio, siendo que se hicieron allanamientos y vigilancias y nunca estuvo, manteniéndose prófugo hasta la fecha.
“No podemos permitir en nuestra ciudad este tipo de actos mafiosos, delincuentes constituidos en una verdadera empresa criminal, liderada por Grandolio”, resaltó la fiscal, que además señaló que se manejan otras hipótesis respecto a los motivos por el cual se comete el hecho, pero no quiso brindar datos para continuar las líneas investigativas, destacando que el acusado infunde temor y hay testigos que tienen miedo de declarar. Esto, la falta de arraigo y los peligros de fuga, llevaron a la fiscal a solicitar la prisión preventiva por 90 días y espera poder recabar más elementos para agravar la imputación actual.
LA DEFENSA SE OPUSO
Tras el contundente, detallado y no menos duro alegato de la Fiscalía, la Defensa trató de evitar que se hiciera lugar al pedido de la parte acusadora, con argumentos que a simple vista no tenían mayor sustento, solicitando una prisión domiciliaria bajo custodia de su esposa Paola Romina Espinosa, quien además de estar siendo investigada por este hecho, había incumplido con su compromiso anterior de custodiar a Federico Ramírez, condenado con domiciliaria por narcomenudeo, situación en la que estaba porque supuestamente iba a ser donante de órgano para su hijo.
También trató de que se adopte esta medida con una pulsera electrónica, de manera de asegurar su permanencia a derecho o una prisión preventiva más corta.
La fiscal se opuso rotundamente y destacó que la custodia por su esposa era impensada, ya que ella misma intentó entorpecer la investigación del crimen.
LA JUEZA TERMINANTE
Oídos los alegatos, la jueza de Garantías, doctora Melisa Ríos, hizo un análisis de los presentados por las partes, resultando contundente en sus apreciaciones, al señalar que vio como el imputado le mintió en la cara, que el peligro de fuga está acreditado y que el acusado cuenta con contactos para lograr su evasión al proceso penal.
Consideró gravísimo que se cometa un hecho delictivo de las características que sufriera Peluffo, solo por estar relacionado a sus trabajos como abogado y resaltó que se le hacía imposible creerle a sus declaraciones en sala.
La jueza dispuso los 90 días de preventiva y su posterior alojamiento de manera inmediata en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, a lo que la Defensa pidió sea en la cárcel de Gualeguay, ya que su cliente tenía problemas con otros presos y temía por su vida.
La jueza mantuvo el lugar de alojamiento, señalando que se adoptarían las medidas de seguridad y en caso de ser necesario se vería algún traslado, pero se trataba de mantenerlo separado concretamente de otros internos, que podían tener relación al hecho investigado.
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