Los casos de narcotráfico este año marcan una tendencia en Entre Ríos: de tránsito a territorio de operaciones. El temor a la producción local de drogas.

¿Qué medidas estarán pensando las autoridades políticas y judiciales frente al nuevo panorama que se observa con temor en Entre Ríos con la creciente presencia de organizaciones dedicadas al narcotráfico a nivel transnacional directamente o a través de socios locales?

Repasemos los últimos hechos que este año han marcado el cambio que se observa en materia de narcotráfico en Entre Ríos: el camionero uruguayo detenido con 215 kilos de cocaína en la Aduana del puente que une Gualeguaychú con Fray Bentos. Hasta ese momento era el cargamento más grande en la historia de la provincia de esa sustancia, que poco después fue duplicado por los 430 kilos hallados en un campo del departamento Uruguay –zona del Palacio San José-, que fueron inicialmente arrojados en una avioneta y levantados por al menos tres hombres (dos salteños y un bonaerense) y se acusa también de haber colaborado a un remisero de Basavilbaso. Ni hablar de la investigación que descubrió el hangar cerca de Concordia con la avioneta que trasladaba pasta base, que provenía desde Paraguay, hacia Uruguay, donde se detuvo a personajes locales como partícipes de las operaciones. Ya el año pasado se observó, por ejemplo, el hallazgo de 32 kilos de cocaína abandonados en una isla de Victoria y el caso del remisero misionero condenado hace poco que utilizaba el paso fronterizo de Colón-Paysandú en la ruta de la cocaína que tendría como destino Europa.

En una entrevista con Radio Nacional, a propósito del operativo de los 430 kilos de cocaína cerca de Pronunciamiento, el juez federal de Concepción del Uruguay, Pablo Seró, alertó: “Podríamos hablar de una provincia de tránsito, pero nuestra provincia, a diferencia de otras opiniones que yo respeto, se está convirtiendo lentamente en una base logística y con gran temor de decir de producción”. Nadie salió a negarlo ni al menos a decir que no se permitirá llegar a esta situación.

El avance narco en la provincia acompaña lo sucedido en el país, y los cambios son correlativos a los movimientos de los carteles en la región. Mientras van buscando nuevas rutas a medida que se establecen controles más firmes en algunos lugares, van dejando en el camino tanto dinero como parte de la droga que buscan llevar a destino, con el consecuente desarrollo de bandas locales.

Así hemos pasado de grupos dedicados al comercio en pequeñas cantidades en los 90, a bandas locales de distribución y narcomenudeo en los primeros años de este siglo; luego a proveedores de mediana escala con contactos en otras provincias y en el exterior, hasta llegar a operaciones de contrabando internacional a gran escala con operaciones en el territorio local. Podría ser esta una síntesis que se come varias etapas en el medio, pero el salto en 20 años ha sido demasiado notorio y las consecuencias se observan en la calle.

El paso que sigue es la consolidación de grupos locales que se dediquen a la fabricación de drogas, con suficiente producción para abastecer las ciudades donde la demanda y la oferta vienen creciendo significativamente desde hace un par de años. ¿y por qué refería “gran temor” el juez Seró al referirse a esta posibilidad? Según lo demuestra la experiencia, la producción de pasta base trae la maximización de las ganancias, la posibilidad de corromper integrantes de agencias estatales y a su consecuente crecimiento de la violencia.

Más allá de los casos que han sido conocidos y juzgados en la provincia, se viene hablando de que la creciente instalación de cocinas de cocaína sobre todo en Concordia, donde se han multiplicado los kioscos de droga en muchos barrios. En la violencia diaria que se observa en esta ciudad (callejera, barrial, vecinal e intrafamiliar) siempre aparece la droga como un factor clave.

Foto: Chanito Barragán.

Las políticas públicas vienen siendo cambiantes y erráticas desde hace bastante tiempo. En la mencionada entrevista, Seró lamentaba que los juzgados federales en las provincias cuentan con menos recursos que los de Capital Federal para investigaciones complejas como las que requiere el momento. En Entre Ríos se pretendió dar una respuesta con una Ley “para la tribuna”, como lo es la de Narcomenudeo, que, más allá de los números que se presenten, en la realidad no ha logrado que merme la oferta de droga en los barrios. Uno

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