Cuando este lunes se confirmaba la decisión política de designar a Juan Antonio Izaguirre al frente de LT11, la radio pública de Concepción del Uruguay, simultáneamente, en Gualeguaychú de tomaba conocimiento del nombramiento, con las mismas características, de Silvia Vela al frente de la radio pública de dicha ciudad. De acuerdo a lo publicado por colegas de ElDía, su nombramiento no tiene ningún sustento más que la necesidad de ubicar a una «compañera leal».
Este lunes se conoció lo que era un secreto a voces. Casualidad o no, en medio de la crisis por el coronavirus la pandemia que azota al mundo, se supo que Silvia Vela será la nueva directora de Radio Nacional.
Vela es docente y una ferviente militante kirchnerista. Su vinculación con los medios de comunicación es nula y su cargó no lo ganó por su formación, su idoneidad o el conocimiento del lugar que ocupará. Vela llegó donde llegó por un acuerdo político entre el piaggismo y La Cámpora local que la premia por “haber puesto la cara en los malos momentos”, según explicó un funcionario del gobierno municipal por lo bajo.
El problema es que tamaño premio lo pagamos todos y la inmensa mayoría de los guelguaychuenses no cobran ni un tercio de lo que percibirá como directora de Radio Nacional.
Alguien debe explicar por qué eligieron a una docente para administrar los destinos de la radio estatal. Es como si un periodista fuese director del hospital o un médico estuviese a cargo de la dirección departamental de escuelas.
Vela no sólo no tiene ni tuvo ningún tipo de vinculación con los medios, todo lo contrario, los detesta. En un posteo en sus redes sociales aseguró que “los medios son lo más dañino para el pueblo”. Mismas redes sociales que utilizó para uno de los actos más miserables que una persona puede tener, atacar a un muerto. “La gente es jodida aún cuando se muere, yo no soy hipócrita, se ha muerto Ari Sol”, escribió tras la muerte del periodista gualeguaychuense Héctor Juan Solari.
El nombramiento de Silvia Vela menosprecia nuestra profesión porque deja la sensación de que cualquiera puede ocupar cualquier lugar, si es que antes hizo los deberes políticos y “puso la cara en las malas”.
Ojalá la nueva directora no convierta a Nacional Gualeguaychú en una radio monocorde que sólo repita el mensaje oficial. Ojalá todos tengan la posibilidad de sentarse a decir su verdad en una radio que es de todos. Ojalá Nacional no sea una trinchera desde la que se ataca al que piensa distinto.
Quienes toman decisiones como estas deben hacerse cargo y entender que no todo vale y que los premios como el que le dieron a Vela son demasiado caros, sobre todo cuando la plata sale siempre del mismo bolsillo, el del pueblo.
Fuente: Sebastián Carbone, director ElDía
Concepción del Uruguay: Designan a Juan Antonio Izaguirre como nuevo director de LT11