La Justicia de Concepción del Uruguay, por intermedio del Tribunal de juicio integrado por los vocales, Rubén Chaia, Mariano Martínez y Evangelina Bruzzo, condenó a un depravado por el abuso sexual de sus hijastras.
Los hechos se produjeron en 2011, cuando las víctimas eran niñas de 13 y 6 años, lo que llegó a la justicia tras denuncia radicada en el 2017, comenzando la compleja investigación e incorporación de elementos probatorios en la causa llevada adelante por el fiscal Juan Pablo Gile.
Tras recibir la imputación, el acusado fue representado por el defensor particular Adrián Cabrera, oficiando de abogado querellante en representación del padre de las víctimas, el doctor Sebastián Arrechea.
Fue un caso complejo dadas las características en el cual se debió contar con las cámaras gesell a las víctimas, pruebas que hoy en día, son fundamentales para la Justicia, que se suman a las pericias psicológicas de la damnificadas y el acusado, para ser valoradas en esta etapa.
Tras el debate, el doctor Arrechea se mostró muy conforme y señaló que en este caso los jueces consideraron la responsabilidad del acusado de 27 años de edad, luego de haber escuchado los alegatos y analizar la prueba incorporada, consideraron que el delito fue cometido y está probada la materialidad de los hechos, así como la autoría.
Por esta razón se dispuso una pena que a criterio del querellante “tiene ribetes de ejemplaridad”, dado que se dispuso 7 años de prisión por el delito de “Abuso sexual simple, reiterado, en concurso real con exhibiciones obscenas”, todo esto agravado por la situación de custodia, guarda o cuidado y convivencia prexistente, aprovechándose de la vulnerabilidad de las menores.
Finalizando el doctor Arrechera, volvió a insistir que a su criterio se está ante una pena ejemplar, ya que con esta condena “se comunica a la sociedad que la norma de conducta penal está vigente, a pesar que el imputado, hoy condenado, intentó demostrar que la norma no estaba vigente”.
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