La menor que fue succionada por la bomba de una pileta sigue mejorando lentamente. Ahora los médicos le retiraron el respirador y contaron detalles sobre el avance de la pequeña.
«Logramos avances en la estabilización de la paciente, lo que permitió retirarle la asistencia mecánica respiratoria y bajar las dosis de inotrópicos que ayudan a su corazón, además, disminuyó el cuadro febril que había registrado», indicó, el jefe de terapia intensiva del nosocomio, Dr. Roberto Ariel.
Y en ese sentido, señaló que, «paulatinamente, (Joaquina) se va conectando, pero sigue con analgésicos importantes porque la magnitud de accidente además de las tres cirugías posteriores, amerita que esté con sedación y analgesia, no a los niveles de coma inducido como cuando estaba con asistencia mecánica respiratoria, pero en estos momentos se conecta con la mirada y alguna palabrita dice». De acuerdo a lo que comentó el médico, «lo primero que hizo fue llamar a su mamá».
El doctor no ocultó su emoción por la evolución que tuvo la pequeña que ayer cumplió seis años. «Con ganas e ilusión esperábamos por la evolución de la pequeña, pero uno no es dueño de la evolución, hacemos el mismo trabajo por todos los chicos y a veces las cosas andan bien, en otras regular y en otras mal, pero más allá de eso tenemos que ser muy cautos con las previsiones», comentó al respecto.
«Con la evolución de las últimas horas, uno puede ser más optimista con respecto a la evolución», indicó, al tiempo que adelantó que no está ninguna otra gran intervención quirúrgica. «Se continúa con el monitoreo de laboratorio e infectológico, ya que su cuadro se pone en un terreno más firme, más seguro», acotó.
En la oportunidad, el Dr. Ariel aprovechó para «felicitar a todo el equipo de Salud del hospital que estuvo al pie del cañón, desde el fin de semana, los servicios de Cirugía, onco-hematología, Enfermería, de transfusiones».
«Recién los felicité porque estamos muy conformes con la evolución que ha tenido Joaquina», reveló. Y en ese marco comentó sobre la atención a «dos pequeños con traumatismos de cráneo por hematomas y otros dos quemaditos desde distintos puntos de la provincia». «Este es un trabajo que no para nunca y es imprevisible. Y cuando las cosas andan bien está bueno el reconocimiento hacia el personal», destacó. (El Once)
