Siete médicos del Hospital Delicia Concepción Masvernat de Concordia se apuraron en los últimos días a formalizar por escrito su objeción de conciencia para la práctica de abortos, luego de que fueran testigos de un hecho que los perturbó.
En los medios de comunicación sólo se conocieron algunos datos aislados sobre lo sucedido. Por ejemplo, que en el nosocomio se había practicado un aborto a una menor de edad que cursaba el quinto mes de embarazo y que presuntamente había sido violada. También trascendió que en un primer momento el personal médico se habría resistido, pero la intervención de la flamante jueza de familia, la Doctora Belén Esteves, posibilitó que se diera cumplimiento al protocolo para abortos en casos de violación, sin que llegara a judicializarse el caso.
Pero ese fue apenas un momento de una secuencia de hechos más complejos y traumáticos que dispararon un torbellino de emociones y de planteos éticos y legales, tanto en partícipes como en testigos presenciales y autoridades del hospital.
Por empezar, el bebé nació con vida. Su cuerpecito quedó apoyado sobre la «chata» sin que nadie se atreviera a poner fin a su existencia, suponiendo que su presunta «inviabilidad» haría que en forma inmediata los latidos de su corazón se detuvieran. ¡Pero ello no ocurrió!
«Permaneció con vida varias horas» confirmó a El Entre Ríos uno de los profesionales. Otro se atrevió a calcular que fueron «aproximadamente diez horas». Una tercera fuente consultada resaltó la indignación que embargó a algunas enfermeras, testigos impotentes de lo que algunos califican como «abandono de persona».
El estupor también alcanzó al servicio de Neonatología, al que no le dieron intervención para asistir a la criatura en su evidente esfuerzo por sobrevivir.
El caso provocó además incertidumbres en el plano jurídico. Según la ley 24540/95, todo nacimiento con vida, aunque dure sólo instantes, debe ser anotado en el libro de nacimientos del Registro Civil, mientras que el deceso debe ser volcado al libro de defunciones, adjuntando el certificado firmado por el médico que acredite la causa de la muerte.
«En Neonatología se resisten a firmar el certificado de defunción. ¿Qué causa de muerte van a poner, si ellos no lo vieron ni lo atendieron?», explicó uno de los siete profesionales que notificaron mediante carta a la Dirección del Hospital Masvernat su objeción de conciencia, de manera tal de que no contribuirán a practicar abortos.
La inviabilidad, un concepto médico pero no jurídico
El derecho argentino, lo mismo que el de muchas naciones del mundo, no subordina la existencia de la persona humana a su presunta «viabilidad». Dicho en otras palabras, se es persona humana por el sólo hecho de estar viva, sin que importe en lo más mínimo cuánto tiempo se crea que pueda durar esa vida, si apenas unos segundos más, semanas, meses o años.
No es un capricho este enfoque. Si la falta de «viabilidad» implicara la pérdida de los derechos humanos, alguien desahuciado por una enfermedad terminal no sería considerado persona y sería válido abandonarlo a su suerte o directamente eliminarlo.
En diálogo con El Entre Ríos, el Director del Hospital Masvernat, el Doctor Miguel Ragone, explicó desde el punto de vista médico la «inviabilidad» del feto que no supera las 22 semanas, a la par que admitió que la ley argentina no la contempla.
– El protocolo para abortos por violación, ¿qué prevé para casos como el de esta criatura que nace viva y su existencia se prolonga durante varias horas?
– Como la interrupción del embarazo se hace en el período que se considera aborto, los recién nacidos no tienen viabilidad.
– La ley argentina no contempla la viabilidad. Hay persona donde hay vida humana, con independencia de cuán viable se crea que es esa vida.
– Efectivamente, la ley no la contempla.
– ¿Entonces, cómo hacen para decidir en base a la viabilidad si no cuentan con el aval jurídico para ello?
– Justamente eso es lo que nos planteamos como médicos y lo que se explicó en una reunión con miembros del Poder Judicial, que tuvo lugar el martes último. Un aborto se considera tal hasta las 22 semanas o 500 gramos, más / menos 50 gramos. Por ejemplo, un chico de 18 semanas que pese 350 gramos, la formación de los órganos no está completa. No es viable. Por más que se le haga lo que sea no es viable. Pero a su vez, lo que nos preocupa a nosotros es cuando haya viabilidad, ¿qué se hace? Porque cuando hay viabilidad, nosotros como médicos deberíamos tener la conducta de asistirlo, por ejemplo con un chico de 24, 26 semanas, que tiene posibilidades de una supervivencia.
Según el protocolo que tenemos, hasta las 22 semanas no habría viabilidad. Por más que se tome cualquier medida, va a terminar en el fallecimiento sí o sí del feto. De todos modos, hay baches en la ley.
– ¿No debe ser fácil, más allá de la presunta inviabilidad de un bebé de 20 semanas -como aproximadamente habría tenido el reciente caso-, viendo que su corazón late por varias horas, no hacer nada?
– No es fácil y es una situación que impresiona. Se puede dar una atención mínima y ver su evolución. Pero en casos de 20 semanas ni acá ni en ningún lado, al menos por ahora, se ha logrado la viabilidad.
– Después de este caso, ¿ha recibido notas de médicos que le plantean la objeción de conciencia para la práctica de abortos?
– Sí, sí, sí, he recibido.
– ¿Cuántos?
– Hasta ahora son siete los que me presentaron.
– La ley obliga a anotar en el libro de nacimientos del Registro Civil a toda criatura que nazca con vida sin importar cuántos meses tenga ni el tiempo que transcurra vivo.
– Bueno, ahí está la duda porque…
– También exige anotar el deceso en el libro de defunciones.
– Normalmente, todo lo que sea aborto hasta las 22 semanas y 500 gramos, más / menos 50, no se lo anota porque se lo considera un aborto, porque no es viable. A partir de ahí sí. Es lo que habitualmente se hace. Si no, tendríamos que estar anotando los abortos espontáneos, que es un porcentaje muy alto.
Tenemos 2900 partos por año y los abortos espontáneos, por causas naturales, no provocados, son un alto porcentaje; tendría que anotarse a todos los fetos de 16, 17, 18 semanas. Nunca se hizo porque se lo considera aborto.
– ¿O sea que no hay registro ni en el libro de nacimiento ni el de defunciones?
– No. Son abortos. Hay muchos grises y es necesario aclarar y poner en la normativa cosas bien precisas. Deberían consensuar y decir que con tanta cantidad de meses actualmente no hay viabilidad y no se lo considera. Deberían trabajar en la parte legislativa en ese tema, para aclarar y que no haya dudas. Aparte de la objeción de conciencia de muchos y la situación ya es difícil de por sí, las cosas no están claras.
El martes se trató el Protocolo de Abuso Sexual Infantil, porque desde hace uno o dos meses se considera que toda persona menor que denuncia abuso pasa a ser cuestión de acción pública y por tanto es obligatoria la denuncia. Entonces, cuando estamos ante un aborto a una menor por presunta violación, en ese caso los médicos tendríamos que hacer la denuncia.
– ¿Hasta ahora, con el «Protocolo para la atención Integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo», a los profesionales no se les exigía hacer denuncia alguna? Por ejemplo, llegaba una menor de 14 años, decía que la habían violado, y ustedes debían practicar el aborto sin dar cuenta a la Justicia sobre la presunta violación.
– Exactamente. Pero de ahora en más, como pasa a ser acción pública, sí vamos a hacer la denuncia. De eso hablamos en la reunión con gente de la Justicia y el Copnaf. Ante el cambio de paradigma, que pasa a ser de acción pública, se tendría que modificar el protocolo de aborto y que incluya la denuncia correspondiente, para superar la contradicción con el nuevo protocolo de abuso infantil.
– ¿Aunque a futuro las reglas sean claras y precisas, igualmente todo esto debe ser difícil de sobrellevar para los médicos?
– Sí, es muy complicado y difícil y realmente nos deja mal a todos. Acá, en la diaria, nosotros estamos peleando por la vida. Y respecto del embarazo no deseado, lo ideal es el trabajo en prevención.
La confusión inicial sobre la violación
Uno de los médicos del Hospital Masvernat consultados por El Entre Ríos aseguró que en un primer momento ellos desconocían que la menor embarazada hubiera sido violada. Por el contrario, la información inicial con la que contaron daba a entender que el papá del bebé sería un adolescente, apenas dos años mayor que la chica, con quien ella estaba vinculada. Recién cuando intervinieron los padres de la menor y el abogado que los representó quedó expuesto que el bebé sería fruto de una violación.
Fuente: El Entre Ríos