El gobierno uruguayo desalentó las compras masivas de alimentos y otros productos en las localidades entrerrianas de la costa del Uruguay. Pero quienes cruzan la frontera se volcaron al esparcimiento y gastan en paseos y gastronomía.
Tras la fuerte devaluación que registró el peso argentino en lo que va del año, el cambio sin dudas resultó favorable para los uruguayos. Ante el aluvión de compradores decididos a cruzar alguno de los pasos fronterizos para obtener precios más convenientes, el gobierno del vecino país impuso restricciones sobre el ingreso de mercaderías provenientes desde Entre Ríos, limitándola a cinco kilos de alimentos sólidos como máximo por persona.
Aunque la medida despertó las quejas de los sectores comerciales de localidades como Concordia, la limitación sigue vigente. Sin embargo, los habitantes de la República Oriental del Uruguay siguen aprovechando las ventajas del cambio y se volcaron al esparcimiento, gastando en paseos y gastronomía.
Si bien las autoridades de Migración de los puentes de Concordia-Salto, Colón-Paysandú y Gualeguaychú-Fray Bentos, se niega a brindar cifras exactas de cuánta gente cruza periódicamente la frontera, la realidad muestra que es sostenido el importante el flujo de visitantes desde Uruguay hacia la Argentina, y no al revés. «No se puede facilitar esa información porque son documentos oficiales», explicó Vanesa Cristaldo, jefa del Paso Fronterizo de Concordia. No obstante, explicó: «Hay un tránsito vecinal que se da siempre entre ambos países. Lo que se incrementó últimamente es el tránsito de uruguayos debido al cambio favorable para ellos. Hay más pasajeros que vienen a la Argentina, cuando antes, como no era tan beneficioso para ellos, no entraban tantos».
A su vez, confió que el movimiento se intensifica durante los fines de semana largos para Uruguay y en los períodos de vacaciones que celebran los orientales: «Se formaron colas, pero cuando hay mucha demora de pasajeros lo máximo que demanda pasar son unos 40 minutos, no más que eso», aseguró.
Acto seguido, sostuvo que el sector turístico es uno de los que se ve favorecido: «Hoy en día el uruguayo toma como una opción barata a la Argentina, no solo para visitar Concordia, que es la localidad fronteriza, sino también una fracción cercana, como por ejemplo Federación. Y en este temporada, como el cambio es beneficioso, va a haber más excursiones organizadas desde Uruguay a Cataratas y otros destinos nacionales. Creemos que el turista uruguayo va a vacacionar en el país más que otros años porque es más conveniente para ellos», señaló.
En tanto, desde la Municipalidad de Gualeguaychú, recordaron que el intendente Martín Piaggio «se manifestó a favor de la libre circulación y de los beneficios que le genera a la economía local el tipo de cambio» cuando se impuso la restricción del ingreso de compras desde Argentina hacia el país oriental. Luis Violini, uno de los colaboradores del mandatario, contó que hubo fines de semana en los que ingresaron alrededor de 30.000 personas por el puente internacional Libertador General San Martín, hacer compras y cargar combustibles: «Cuando el dólar llegó a los 42 pesos, explotó de gente que vino del Uruguay a comprar acá», aseveró, y recordó: «Al mismo tiempo impusieron limitaciones de las cantidades para los uruguayos, que además de echar nafta al vehículo por el cambio favorable venían a comprar todo lo que sea alimentos. Después de estas medidas, vienen y aprovechan para hacer turismo».
En Colón, ciudad que limita con Paysandú, también advierten un fuerte movimiento y sostienen que el consumo de público uruguayo está volcado principalmente al esparcimiento. En este marco, la directora de Turismo de la localidad entrerriana, María Rosa Sander, comentó: «Hablando con prestadores de servicios, dueños de restaurantes y demás, notamos que hay mucha gente que está viniendo del Uruguay los fines de semana a Colón, que vienen a aprovechar que es una ciudad turística que está relativamente cerca para ellos, sobre todo para la gente de Paysandú».
Asimismo, la funcionaria refirió: «Hacen uso de las termas, se alojan quizás una noche, pasan el sábado y el domingo y se vuelven. Y esto se vio mucho en las vacaciones de primavera: ellos tienen una semana de vacaciones de julio y otra en septiembre. Nos damos cuenta por las patentes de los coches que son uruguayos y que están consumiendo en los restaurantes, en los locales de ropa, en el centro comercial en sí, y que muchos están consultando por alojamientos y demás para planificar sus vacaciones en verano acá».
A la espera de una exitosa temporada estival, estiman que además del público masivo que llega desde Buenos Aires a vacacionar cada verano, también recibirán numerosos visitantes uruguayos. En este marco, ya realizaron intensas campañas de promoción en localidades del vecino país para atraer a turistas.
Por su parte, Pablo Escher, presidente del Centro Comercial de Colón, aclaró: «Acá no hubo un aluvión de uruguayos que vinieron a comprar. Si bien se registraron colas para adquirir mercaderías en un par de comercios fronterizos del rubro alimenticio que están al lado del puente y en la estación de servicio que está en ese sector cargaban combustible, no venían a la ciudad, porque desde el puente hay casi 8 kilómetros de distancia».
A su vez, mencionó: «Lo que hizo el gobierno uruguayo fue bajarle el IVA a las naftas para evitar que no crucen y vengan a Entre Ríos. Y con el costo del peaje y la restricción a las cantidades que podían pasar la frontera, ya no les sirvió tanto venir a comprar. Lo que sí puedo decir es que desde la devaluación se triplicó el público que teníamos desde Paysandú, y hay una afluencia permanente de gente que viene a consumir paseos y gastronomía».
Sobre este punto, explicó: «Paysandú es una ciudad mucho más grande que Colón y un gran porcentaje de sus habitantes tiene un poder adquisitivo importante. Son personas de clase media y media alta que siempre venían, a pesar de los costos cuando no tenían el cambio favorable, buscando variedad de paseos, ya que Colón tiene gran infraestructura en eso». En este marco, concluyó: «Ahora se suman otros públicos que por la conveniencia del cambio pueden venir a las playas, visitar nuestras termas y disfrutar de actividades recreativas como shopping, cine y distintos entretenimientos que tiene Colón por ser una ciudad turística». (UNO)