El juez del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, Alejandro Cánepa, sentenció a un año de prisión condicional a Carlos Acosta por el episodio que sucedió hace más de ocho años en Diamante y que llegó a juicio la semana pasada tras un dilatado proceso judicial.
Juan Carlos Leiva había sido detenido por estar ebrio en la calle, luego de tomar varias cervezas con un amigo. Sin que haya hecho nada, Acosta lo subió a un patrullero y lo golpeó. El caso tuvo una particularidad que tal vez fue clave para que no sea una más de las detenciones arbitrarias y discrecionales de la Policía. El hermano de la víctima, Oscar Leiva, es cabo de Policía y aquella madrugada del 10 de septiembre de 2010 estaba de turno. Su testimonio fue clave para desnudar el montaje que hicieron sus compañeros y superiores. En particular, se enfrentó a la versión del oficial Cristian Seín, acerca de la intervención de este en el procedimiento.
El juez Cánepa, en el fallo, afirmó que Sein “arrojó serias dudas en torno a su credibilidad”. Advirtió inconsistencias en la versión policial, y en particular expresó: “Resulta poco creíble que tres agentes profesionales de Policía no pudieran contener a una sola persona, en evidente y avanzado estado de ebriedad, que a su vez no resulta de una contextura física importante”.
Por otro lado, Cánepa fue contundente al sostener: “No puedo dejar de advertir que todo el proceso contravencional llevado adelante en la sede de la Jefatura Departamental de Diamante significó un ardid para encubrir la actuación de todos los involucrados en la detención de Juan Carlos Leiva, con el afán de ‘fabricarle’ una contravención que pudiera justificar el procedimiento llevado adelante en su contra, desde su demora en la calle por ‘ebriedad’ y ‘disturbios’, hasta su aprehensión y traslado a la Jefatura, llegando al colmo de poner en boca del propio hermano de la víctima una versión que apañaba el accionar policial, y que fuera rotundamente negada por el propio Oscar Leiva en este mismo debate”. (UNO)