En la actualidad, la instalación de paneles fotovoltaicos de energía solar, renovable, en una granja de pollos no sólo reduce los costos energéticos, sino que también genera la expectativa de vender los excedentes a la empresa proveedora.
La electricidad es el mayor gasto de funcionamiento de una granja avícola. En la actualidad, la instalación de paneles fotovoltaicos de energía solar, renovable, en una granja de pollos no sólo reduce los costos energéticos, sino que también genera la expectativa de vender los excedentes a la empresa proveedora.
«La Terca» es una granja de seis galpones, con capacidad de cría de 80.000 pollos para faena, propiedad de Miguel V. Geist. Está ubicada en Aldea Jacobi y es la primera instalación autónoma de este tipo en la región y todo un referente para el sector y para otros que buscan alternativas energéticas viables, tanto técnica como económicamente. Así lo describe Paralelo32.
«Debo ser de los más adelantados en este aspecto ?señala el dueño de la granja, quien hace dos meses instaló los paneles solares sobre el techo de uno de los galpones-. Tengo comederos, bebederos automáticos, una computadora por galpón, que no son tan costosas, para manejar la temperatura, ventilación, luces, conectado en forma automática». La granja cuenta además con otros implementos nuevos como un potente grupo electrógeno adquirido en septiembre del el año pasado y tractor nuevo. «Me estaba faltando esto que hace bastante tiempo tenía en mente, una cosa vista y probada, en todo el mundo conocida, y cuando se vinieron los tarifazos decidí hacerlo».
La granja cuenta con el servicio de energía eléctrica que provee el área de electrificación rural de La Agrícola Regional, donde debió pedir autorización para concretar el proyecto. Actualmente la granja sólo tiene colocado sobre el techo de un galpón el 50% de los paneles que abarca el proyecto completo. «Esta primera mitad ?explica Geist- me da un 42% promedio anual del total de la energía que consume la granja y se conecta en dos bloques, con un inversor de 10 mil watts cada uno». Al concretar la segunda mitad de los paneles, se colocará el segundo block con otro inversor y se logrará el 80% de la energía total necesaria para su funcionamiento. «Si sale de servicio uno tengo el otro»- explica sobre la previsión.
Tarifas que castigan
Geist sostiene que actualmente su granja está en una escala en donde no puede pagar mucho más por el consumo de energía eléctrica. «No tenemos gran consumo en el año, salvo los meses de verano, diciembre, enero, por los ventiladores, pero a medida que uno más consume, más nos castigan y cobran. Ahora, con la inyección propia lo más caro es lo primero que va a quedar afuera de la facturación porque voy a consumir mucho menos».
– ¿Cuánto tiempo lleva recuperar la inversión?
– Hay gente que mira cuando recupera el dinero. Si miro los números que me hicieron y lo que ya he visto, no digo que en 4 o 5 años se recupere; pero sí en 6 o 7 años, que es un plazo razonable. Pero creo que no hay que mirar la recuperación, hay que hacerlo, si después se va a pagar la mitad de lo que se está pagando por cada factura de luz que llegue durante 25 años, que es la vida útil de los paneles.
Con 20 mil watts de potencia, en la granja voy a ahorrar y dejar de consumir el 80% de la electricidad convencional. El único inconveniente es que tenemos energía mientras hay luz solar, de noche nada.
– ¿No tiene la posibilidad de almacenar en baterías?
– Sí, pero las baterías son costosas y duran poco tiempo, como en un auto. El consumo nocturno en una granja son lámparas led, algún comedero que marche un ratito, o un bebedero, no es mucho. Lo bravo es el verano, pero también el panel está bravo en esa época por el sol. Entonces puedo prender los equipos a temprana hora y tenerlos hasta última hora, pasando el día sin usar energía de la red. Y durante el resto del año vuelco a la red, entonces es conveniente.
Geist se muestra entusiasmado con poder vender el excedente de energía, situación que en nuestra provincia está establecida por el decreto Nº 4315/16 MPIYS (Microgeneración), que fomenta el uso de fuentes renovables de energía, para que sectores productivos del agro e industria, como así también comerciales y hasta usuarios individuales puedan realizar su propia generación e incluso inyectar sus excedentes a las redes de las distribuidoras provinciales, dados los beneficios económicos, sociales y ambientales que ello conlleva. Además, a nivel nacional se sancionó a fines del año pasado la ley 27424 sobre Generación de Energía Eléctrica de Origen Renovable. Refiere a la generación de la energía eléctrica de origen renovable por parte de usuarios de la red de distribución, para su autoconsumo, con eventual inyección de excedentes a la red y establece la obligación para las empresas distribuidoras para que el usuario generador pueda inyectar sus excedentes. «En esto hay una obligación y un organismo de aplicación que dice cómo se determina la facturación y hace la compensación con la cantidad de energía suministrada y la inyectada; incluso establece el valor de la tarifa de inyección»- comenta.
«La Terca» cuenta con toda la infraestructura necesaria y responde a las normas de seguridad exigidas para inyectar el excedente de electricidad a la red, sólo falta formalizar el pilar de la luz, que estará dotado de un medidor bidireccional, para hacer las mediciones de la energía que entra y la que sale. En su caso tiene decidido vender el excedente de energía a su proveedor, que es La Agrícola Regional. Para la cooperativa es el primer cliente con un proyecto de estas características y según expresó el ingeniero Román Feldkamp a Paralelo 32 para la empresa es un ensayo, una iniciativa muy experimental.
«Uno puede colocar los paneles y generar su electricidad, que acá hay casos, de quienes no les interesa inyectar; pero a mí me interesa inyectar a la red» -afirma el propietario de la granja.
«Si tengo que pagar 100 mil pesos de luz y paso a pagar 40, hagamos el cálculo por 25 años. Los paneles no son caros y cualquier productor que tenga una granja más o menos como la mía no puede decir que es imposible. La ley incluso establece exención a las ganancias, planes, facilidades para instalarlos»- reflexiona.
– ¿A cuánto asciende una inversión de este tipo?
– Todo es a valor dólar. Para el 50% que puse, el último proveedor me pasó un presupuesto muy inferior a los anteriores y después lo redujo porque pudimos colocar los paneles sobre el techo de un galpón. No hay peligros de viento ni tormentas. Con los paneles, el inversor, la instalación e IVA costó 24.000 dólares. Lo más caro es el inversor, de última generación, que costó casi 6 mil dólares más IVA, y pesa 37 kg. Son 38 paneles, de 10 mil pesos cada uno. La inversión total fue de 728 mil pesos.
Geist sostiene que son inversiones que los productores deben hacer por su propio bien. «Generemos nosotros la energía que podamos, no la esperemos de afuera porque es caro. Con toda seguridad sale mucho más barato colocar paneles fotovoltaicos» – sentencia. (El Once)