Ante el rechazo de la iniciativa legislativa de declarar en emergencia nacional la producción de carne de cerdo, desde la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) se advierte por la profundización de los márgenes negativos y la necesidad de políticas de Estado para superar la crisis.
La Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación decidió desestimar el proyecto para declarar la emergencia nacional de producción porcina. Al respecto, consideraron que no están dadas las condiciones económicas y financieras. Pese a este rechazo, desde la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) no sólo se advierte que la crisis es real, sino que siguen resultado necesarias medidas concretas para evitar que más productores continúen abandonando la actividad.
Capper junto a otras entidades de todo el país vienen señalando desde principios de año los diferentes problemas que atraviesan las granjas. Fundamentalmente, los costos de producción –con el significativo incremento de precios de los cereales– se han desfasado de los ingresos por la venta del capón en pie –que están por debajo incluso de la inflación–, por lo que los márgenes negativos se profundizaron. A esto suma como agravante no sólo el crecimiento de las importaciones en un marco de competencia desleal, sino también el IVA técnico, que hasta la fecha no se estableció un mecanismo que permita su recupero.
Ante este escenario crítico, desde el sector se pone en alerta que la cadena porcina empieza a romperse por los productores más chicos, que muchas veces no pueden cerrar el circuito de la producción de cerdos a través de otras producciones propias que les permitan un margen de flexibilidad en el rubro, al menos para paliar los resultados negativos. Por el contrario, son los más vulnerables de un sistema donde hasta resultan nulos los esfuerzos continuos por mejorar y ser cada vez más eficientes.
El proyecto legislativo fue rechazado por los diputados en la mesa de Comisión, en parte porque la respuesta a estos planteos fue la minimización de los números magros que obtienen los productores y que terminan afectando, en definitiva, a toda la cadena porcina en la Argentina. Asimismo, tampoco son claras las alternativas factibles a estas problemáticas: resulta clave encontrar solución al saldo de IVA y establecer mecanismos de igualdad de oportunidades para competir con los importadores, además de poder transparentar los precios y otorgar facilidades y negociaciones para realizar exportaciones como salida a la crisis interna, entre otras líneas de trabajo.
En este contexto, sin emergencia porcina, desde Capper se pone de manifiesto la urgencia de medidas por parte del Estado, que no sólo resuelvan los problemas de la coyuntura, sino que primordialmente establezcan condiciones concretas, para salir de la crisis, realizar proyecciones de mediano y largo plazo y alentar a los productores a continuar produciendo, invirtiendo y generando mano de obra. A pesar de atravesar una de las épocas más difíciles para la cadena en particular y el país en general, desde la entidad se deja en claro que se seguirán poniendo todos los esfuerzos por realizar las gestiones necesarias para obtener respuestas en la mejora de la productividad, sustentabilidad y responsabilidad social empresaria de la cadena porcina.
Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos