El asalto ocurrió cerca de la autopista Córdoba-Villa Carlos Paz. Pese a que en la cabina quedaron 150 mil pesos, se confirmó que falta un monto mucho más importante. Por el caso, no hay detenidos.
Según apuntó el fiscal que investiga el caso, Ernesto de Aragón, ya se confirmó que pese a que en la cabina del camión se hallaron 150 mil pesos en efectivo, además de un cheque por 12 mil pesos, los ladrones sí se llevaron una importante cantidad de dinero en efectivo.
De esta manera, se determinó que el asesinato estuvo enmarcado en un episodio de inseguridad, aunque por ahora no hay sospechosos detenidos ni identificados, indica La Voz del Interior.
En el caso todavía existen muchos puntos sin aclarar: los detectives de la división Homicidios continúan intentando reconstruir cómo fue que se produjo el asalto fatal.
Hasta ahora, se sabe que Neyra, oriundo de Crespo, Entre Ríos, llegó a Córdoba en los primeros minutos del jueves en su camión con acoplado cargado con huevos. Como distribuidor, tenía previsto realizar distintos repartos en diferentes puntos de la provincia. Y así lo hizo, al menos en una parte.
Ya de noche, empezó a viajar hacia Malagueño y Villa Carlos Paz, donde tenía dos paradas más. Pero jamás llegó.
A las 21.55, alguien llamó al 101 de la Policía y alertó que en la banquina de la avenida Fuerza Aérea y Gobernador José Antonio Ceballos (ex-Revolución Libertadora, continuidad de Cárcano), a la altura de Villa Unión, en el oeste de la ciudad de Córdoba, había un hombre malherido arriba de un camión que pedía auxilio.
Cuando los policías llegaron, encontraron a Neyra ensangrentado, con varios impactos de bala. Fue trasladado por una ambulancia de un servicio privado al Hospital Misericordia donde el esfuerzo de los médicos no alcanzó: murió cerca de las 3 de ayer.
Se confirmó que el cuerpo presentaba seis orificios de bala (en el pecho, el hombro derecho y en la muñeca derecha), aunque no está claro aún el número de impactos que sufrió, ya que se presume que un mismo proyectil pudo provocarle más de una lesión.
A esa hora, los peritos de la Policía Judicial ya habían determinado que al hombre le dispararon desde muy corta distancia con al menos una pistola calibre nueve milímetros, de acuerdo a las vainas halladas en el lugar.
También, que él o los asesinos subieron a la cabina, donde lo balearon. Allí, se encontró un bolso con los 150 mil pesos en efectivo, por lo que al principio se dudó sobre la real motivación del asesinato.
Incluso, para descartar cualquier otra hipótesis, el fiscal convocó a la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), que inspeccionó el camión con canes adiestrados y no halló ningún rastro de drogas.
Pero horas después, todo iba a ser más claro: al reconstruir quiénes habían sido los clientes que Neyra ya había visitado, se comprobó que, en realidad, el camionero había cobrado una suma mucho más abultada que los 150 mil pesos que se encontraron en el rodado. O sea, quien lo mató se llevó ese dinero.
«Neyra iba guardando los cobros en diferentes lugares del camión. Además, era de noche, por lo que creemos que el dinero que encontramos no fue visto por quienes lo mataron», apuntó ayer el fiscal De Aragón.
Por qué frenó
La forma en que fue encontrado el camión, estacionado de manera prolija en la banquina, sin señales de violencia (por ejemplo, algún piedrazo que hubiera obligado a frenar de imprevisto) hace presumir, por ahora, que Neyra estacionó allí para hablar por teléfono o por alguna situación específica, momento en que fue abordado por los delincuentes.
Pero, sólo se trata sólo de una presunción, ya que este es el punto clave que todavía no se logra dilucidar: por qué al camionero lo asaltaron allí, si se trató de un episodio de inseguridad al azar o si a Neyra ya lo iban siguiendo de antes.
A la hora del crimen, el flujo de tránsito por el sector era intenso ante el movimiento turístico por Semana Santa que derivó en una importante afluencia de vehículos por la autopista Córdoba-Villa Carlos Paz.
Fuente: La Voz del Interior