Si quedaba alguna duda de que el canje de pasajes por dinero en efectivo constituye, en los hechos, un sobresueldo para los legisladores, un dato por demás polémico lo confirma: en los primeros tres meses de este año varios integrantes del Senado de la Nación , algunos de ellos cuyos mandatos vencieron el 10 de diciembre del año pasado, canjearon pasajes que acumularon a lo largo del año y que no utilizaron por dinero en efectivo, libre de impuestos y cargas sociales.
Este privilegio surge en virtud del decreto 628/17, del 29 de diciembre del año pasado, que extendió hasta el 31 de este mes la posibilidad de canjear los pasajes no utilizados. De este beneficio se aprovecharon varios senadores, entre ellos algunos con mandato cumplido y, por lo tanto, sin posibilidad de utilizar pasajes para su labor legislativa.
Es el caso de María Laura Leguizamón ( FPV -Buenos Aires), que canjeó nada menos que 181 tramos terrestres y 38 aéreos que no utilizó durante el último año de mandato: embolsó $172.678. También las senadoras Liliana Negre de Alonso ( PJ -San Luis), que pidió canjear 10 tramos terrestres y otros 9 aéreos (y se llevó $33.000); y Sandra Giménez ( Renovador -Misiones), que cobró $25.680 por 107 tramos terrestres que no utilizó.
También cobraron por pasajes vencidos los senadores Miriam Boyadjian (Movimiento Popular Fueguino), María Eugenia Catalfamo (PJ San Luis), Silvina García Larraburu (FPV-Río Negro), Maurice Closs (Renovador-Misiones) y Roberto Basualdo (Cambiemos), que en conjunto embolsaron $329.218, según consta en los decretos de contaduría del Senado. En otra resolución, los senadores Rodolfo Urtubey (PJ-Salta), María Teresa González (FPV) y Pedro Guastavino (PJ-Entre Ríos) cobraron, en total, $272.642.
Fuentes legislativas del Senado aseguran que este beneficio de canjear pasajes vencidos por dinero en efectivo no es nuevo y que se repite todos los años desde la década de los 90. Además, relativizan el impacto económico que trae aparejado el canje de pasajes en las arcas del Senado. “Cada pasaje aéreo que el senador utiliza efectivamente tiene un valor de $4500; si opta por canjearlo por dinero en efectivo, cobra $3440. Es decir que el sistema de canje implica un ahorro para el Senado”, explicaron a LA NACIÓN.
En la Cámara de Diputados el sistema de canje de pasajes funciona diferente. En primer lugar, los tramos aéreos son más baratos: $1350 cada uno, mientras que los terrestres cuestan $650. Cada diputado cuenta, por mes, con 20 tramos aéreos y 20 terrestres. Además, por una disposición del presidente Emilio Monzó , los tramos no utilizados vencen al final de cada mes, lo que impide que, como pasaba hasta entonces, los diputados se lleven grandes montos de dinero extra al final de su mandato.
En el Senado, en cambio, los senadores pueden canjear sus pasajes incluso después de finalizado el año parlamentario y por un monto muy superior en el caso de los tramos aéreos, a razón de $3440 cada uno. El terrestre, en cambio, se mantiene en $240.