Durante 2017, en establecimientos rurales se registró una suba del 15 al 35 por ciento el trabajo no registrado.

La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) tuvo un 2017 muy intenso, especialmente desde agosto por los numerosos operativos efectuados en contra el empleo no registrado. La labor posibilitó constatar un incremento en el índice del trabajo en negro en comparación a los números que se tenían en 2016.

 

Creció el empleo en negro

El secretario general de la Seccional, Mario López, reflejó su preocupación pues hasta ese último año el flagelo se tenía “bastante controlado” al no superar en los 20 ó 25 relevamientos el 20 por ciento. Lo cierto es que entre julio, agosto y septiembre se constató casi el 50 por ciento de operarios no registrados. De la compilación de los datos en 2017 se indicó que el índice de trabajo en negro en el departamento Uruguay subió del 15 al 35 por ciento. “Hace mucho tiempo que no habíamos visto ese guarismo en la jurisdicción, que teníamos controlada”, comentó el dirigente gremial. López reportó que “cuando hay crisis en la actividad, el hilo siempre se corta por lo más delgado y la paga siempre el trabajador”. En ese sentido, dijo que “tuvimos varios despidos hacia el final del año en lugares en donde, luego, se tomó a otras personas, pero en negro, pues son labores cíclicas; es decir, que deben hacerse, como las fumigaciones, las siembras y las cosechas”.

“Eso nos preocupa. Por eso hemos dialogado con las autoridades de Trabajo, por lo que, desde este mes, volveremos a efectuar los operativos. Y, cuando detectemos casos, solicitaremos la concreción de audiencias en Trabajo”, anticipo.

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El titular de la Seccional 415 estimó que “este 2018 será un año de mucho trabajo no sólo por las reformas laboral y previsional sino por la situación por la que se encuentra la Argentina. Cuando en junio o julio tengamos las paritarias, estaremos desbalanceados. Y ya nos ha pasado al perder nuestro salario su poder adquisitivo”.

“El año también será intenso en lo gremial y laboral: si las condiciones climáticas no acompañan, fracasará seguramente la cosecha. Y eso será lamentable pues prácticamente no hubo trigo. Además una buena parte del maíz está perdida. La avicultura está estable pero no genera mano de obra. Pero eso nos espera un año de mucho trabajo y diálogo, pues el conflicto, muchas veces, no conduce a nada”, subrayó. A todo esto, Mario López manifestó que 2017 finalizó con una buena noticia como fue el cobro –el 20 de diciembre- del bono anual de 2.500 pesos para los obreros de la actividad rural con excepción de los avícolas, por tener otra escala, que tuvieron un 12,5 por ciento de aumento en diciembre. (La calle)

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