Vecinos y autoridades dialogaron sobre la falta de suministro de agua. Hubo duros cuestionamientos y se habló de presuntas intimidaciones a quienes participan del reclamo. ¿Qué dijo el intendente?
La falta o escasez en el suministro de agua potable en varias zonas de la ciudad de Colón, motivó a que la Asamblea «Agua para Todos» decidiera reunirse el viernes a las 20 en la puerta del municipio, con el fin de llevar a cabo una protesta y resolver los pasos a seguir.
La Secretaria de Hacienda, Turismo y Cultura, Laura Palazzo; el Secretario de Obras y Servicios Públicos, Mariano Rebord; el Secretario de Políticas Sociales, Salud y Gobierno, Gustavo Blanc; y la Directora de Turismo, María Rosa Sander (secundados por otros funcionarios) salieron de la sede municipal pidiendo que los asambleístas eligieran a cuatro o cinco vecinos que padezcan la falta de agua, para ser recibidos por el intendente en su despacho.
La negativa fue rotunda: «No funcionamos así; esto es una asamblea. Hablemos acá», fue la respuesta. De inmediato los presentes comenzaron a efectuar sus reclamos (algunos generales y otros puntuales) siendo respondidos en su mayor parte por el secretario de Obras Públicas. Minutos más tarde se sumó el Jefe Comunal Mariano Rebord.
Cuestionamientos, respuestas y posibles intimidaciones
Se generó un contrapunto (por momentos áspero y picante) con vecinos de diferentes puntos de la ciudad que realizaban reclamos concretos y mostraban su disconformidad frente a la carencia, en algunos casos crónica, mientras una empleada tomaba nota.
Se cuestionó lo hecho hasta el momento, las prioridades a la hora de armar el presupuesto y el destino que el Ejecutivo da a los recursos, a la vez que se debatieron posibles soluciones o paliativos. El intendente y algunos de los vecinos coincidieron en la instalación de medidores como alternativa. «Era una solución salomónica, pero cuando Moreno cerró las importaciones nos complicó la vida», dijo Rebord.
Hubo quejas por tener que abonar los impuestos en tiempo y forma pese a la situación, y se exigió conocer las características y el alcance del plan totalizador. Algunos aseguraban haber efectuado reclamos sin que estos hayan sido respondidos.
Foto: Los vecinos apuntaron al intendente que finalmente dialogó con ellos (foto: Rubén Comán)»No está bueno que haya cierto nivel de intimidación para que la gente no venga. Sé que muchos no se animan porque sienten que van a tener consecuencias desde el municipio, sea desde lo laboral o en la ayuda», dijo un vecino que resaltó no tener problemas con el suministro de agua pero que se solidarizaba con los damnificados. Como respuesta, el intendente le pidió que realice la denuncia correspondiente.
Por otra parte, una turista expresó: «Estoy hace cinco días sin agua. Hace cuatro o cinco años que vengo a Colón y siempre es lo mismo».
«La solución instantánea es que la gente sea solidaria», dijo el Ing. Mariano Rebord. «No va a haber cambio en el patrón de consumo; la gente que tiene agua se va a seguir olvidando del que no tiene. Por eso ahora estamos marcando las nuevas zonas críticas, porque las anteriores ya no lo son como El Ombú, Fonavi, Campito, Hipólito, 20 Viviendas. Ahora hay algunos lugares que nos quedaron pendientes, que es lo que estamos marcando para hacer una nueva malla cerrada, presurizarlo y aislarlo de la red convencional, porque si vamos a esperar conseguir una inversión de 70 u 80 millones de pesos para aumentar la capacidad y los 50 o 60 millones para cambiar la cañería vieja, nos vamos a quedar sin agua 20 años más. Tenemos que arreglarnos con lo que tenemos», aseguró el secretario de Obras Públicas.
«Antes las cañerías no estaban vencidas y siempre había otras prioridades, como fue en su momento la cuestión social», dijo el funcionario, al ser interpelado por una vecina sobre la razón por la cual el actual intendente ha llegado al tercer mandato sin poner fin al problema.
«Si por 100 millones de pesos solucionás el problema del agua, por qué entonces malgastás 18 millones en la Fiesta de la Artesanía, 5 o 6 millones en el Paseo Gaillard, más de 1 millón en las palmeras. Para agua no tienen, pero para malgastarlo en pavadas, sí», se escuchó entre los cuestionamientos.
En tanto, el presidente municipal agregó: «Con la nueva toma se va a solucionar bastante; es más, se hizo un by pass para que siga equiparado a la toma común. A fines de febrero supuestamente va a estar terminada; es una obra privada».
«Si hablamos de soluciones, una sería frenar la construcción, pero sacás el 70% de la mano de obra de la ciudad, que sigue creciendo. No hay restricciones, aunque hoy les exigimos cisternas y un montón de cosas», finalizó al respecto.
La posibilidad de un resarcimiento y el control a los evasores
Tras el cierre de la asamblea, diario El Entre Ríos consultó al intendente Mariano Rebord sobre la posibilidad de que los vecinos damnificados por los cortes en el suministro de agua potable reciban algún resarcimiento o descuento en su factura, como forma de compensación.
«Yo no puedo decidir el tema impositivo. Tendrán que mandar una carta al Concejo y lo evaluarán», aseguró. A la vez, dijo que «el promedio de la gente paga $200 una factura bimestral, que es el equivalente a cuatro bidones de agua en una despensa».
En otro orden de cosas, expresó: «Estamos detrás de los grandes evasores. La secretaria financiera de la municipalidad fue a cuatro locales gastronómicos y ninguno le dio ticket ni factura; se están abusando. Nadie puede decir que no trabajan los gastronómicos; hay que ser solidarios. Yo fui a diez negocios la semana pasada y ninguno me dio factura o tickets». (El Entre Ríos)