Los abogados de la joven que confesó el crimen de su novio de dos disparos contaron que pasa sus días en una celda de 2×4 y que ellos tratan de «levantarle la autoestima». Es la única que permanece alojada en la Comisaría de la Mujer.
Nahir Galarza, la chica de 19 años imputada por matar a su novio de dos disparos, ya pasó dos noches en la Comisaría del Menor y la Mujer de Gualeguaychú. En la tarde de este miércoles, durante el primer día de visita, estuvieron con ella sus abogados defensores, Víctor Rebossio y Horacio Dargainz, quienes contaron detalles del lugar donde está alojada la adolescente.
La Comisaría es una casa vieja que fue adaptada. Con estilo colonial y paredes celestes y azules, la parte externa no tiene la apariencia de una prisión. Pasa desapercibida en medio de una zona de viviendas, a menos que se preste atención a los carteles y a las gruesas rejas que aseguran las ventanas. Pero adentro, la situación es bastante más sombría.
Nahir pasa sus noches en una celda de 2×4 metros, con una mesa de material grande en el medio. Aunque por el momento está sola, en este pequeño espacio hay dos camas de hierro. El contraste es inmenso al considerar que, hace apenas una semana, la joven vivía con su familia en una casa de dos pisos, a metros de la Costanera.
«Es una cárcel común», señalan los abogados. Tiene un régimen estricto, con custodia permanente, que incluso controla con insistencia a los defensores de Galarza durante las visitas. Antes de entrar, los obligan a dejar sus celulares y no les quitan los ojos de encima.
«Está privada de todo. De colchón, de agua. Está con calor, con estas temperaturas. La familia le tuvo que llevar el colchón, porque la bolsa de pulgas que tenía no le permitía dormir», asegura Rebossio. «Es un lugar que no tiene ventilación y las paredes son de concreto. La única puerta que tiene de acceso es una reja», acota su colega.
Los padres le llevan algunos alimentos, «había una banana», dice uno de los abogados, pero también sigue una dieta racionada. «Come exactamente lo mismo que los funcionarios policiales en la jefatura. Porque se hace una sola comida para todos. Si comen guiso, todos comen guiso. Si comen fideos con papas, todos comen fideos con papas. Y así», precisa Dargainz. El horario de cierre del penal es a las 21, cuando queda una custodia permanente en la puerta.
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Nahir es la única detenida en toda la comisaría, por eso tiene un trato personalizado. En el lugar hay cinco calabozos, para un total de 15 o 20 detenidos. «No hay ninguna otra persona, los otros calabozos están vacíos. Como es una comisaría del menor y de la mujer, si son menores, no están más de 24 horas. Entran y salen. En cambio si son mujeres mayores, quedan», indica Dargainz. Este miércoles había ingresado una mujer, que compartió habitación con Nahir, pero luego la trasladaron a un hospital.
«Yo trato de mantenerla en pie, trato de levantarle la autoestima, porque ¿cómo defiendo a alguien que no se quiere defender?», indaga Rebossio. «Nosotros le decimos: ‘hacé actividad física’, porque ella hacía gimnasia todos los días. Le decimos ‘mantenete, sobreviví a esto’. Aunque el edificio tiene un pequeño patio, donde podría ponerse en movimiento, la joven no sale de su celda en las 24 horas.
«No entiendo por qué estoy acá. Si yo ya dije lo que querían saber», le dijo Nahir a sus abogados. «No quiere estar presa, quiere estar en su casa. Está como shockeada, todavía no entiende lo que pasó, pero se va empezando a dar cuenta», explica Dargainz. «Lo que pasa es que al estar encerrada, ella está aislada de todo. No se imagina todo lo que está pasando y todo el contexto mediático», continúa.
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Por su parte, la madre de Nahir, Yamina Kroh expresó: «Es mi hija, la amo, donde sea que la trasladen yo la voy a acompañar. No me dejan verla, hay un horario de visita, de dos horas, y después no me dejan verla más». Las visitas son los miércoles y sábados, en turnos de dos horas. Es la única posibilidad de visitarla en ese espacio de 2×4, donde paga por el crimen que movilizó a Gualeguaychú y que ella mismo confesó haber cometido. (Clarín)