Ventilan fuertes detalles de la tormentosa relación que terminó en asesinato. El mejor amigo de Pastorizzo habló sobre el comportamiento de la pareja y, en particular, de las actitudes de Nahir Galarza.
Un amigo de Fernando Pastorizzo aseguró que el joven asesinado «tenía miedo» de denunciar por violencia a Nahir Galarza, quien confesó ser la autora del crimen que sacudió a Gualeguaychú. Se trata de Juan Jara, que habló en exclusiva con el Nueve y detalló los pormenores de la tormentosa relación que terminó en muerte.
«Tenía miedo de que si él la denunciaba, ella saliera a decir que él también le pegaba. Nosotros sabemos que nunca le tocó un pelo, sabemos de su personalidad, lo conocemos muy bien como para tenerlo en claro: él no es violento», aseveró Juan.
Si bien sostuvo que no hablaban demasiado con Fernando sobre la relación, sabían que sucedían cosas «fuertes». «No nos gustaba la personalidad de ella. Muchas veces mentía o hacía problemas por cosas sencillas, que quizá no eran para una discusión fuerte, pero ella lo tornaba así», agregó.
Celos
«Era celosa. Él lo tenía en claro, siempre se lo decíamos. Que tratara de no estar con ella, que se juntara con nosotros, que pensara en dejarla porque le estaba haciendo mal. Con nosotros no era mucho de hablar porque sabía lo que opinábamos respecto de su relación», comentó el joven.
Además, dijo que a Nahir no le agradaban sus amistades. «Siempre que se juntaba con nosotros tenía que apagar el teléfono, ponerlo en silencio, porque a ella no le gustaba que se juntara. Lo ponía en silencio porque ella lo empezaba a llamar, como que no lo dejaba tranquilo», detalló.
Esta situación era evidente y podía observarse con facilidad, según explicó. «Se ponía mal. Salía al boliche, se encontraba con ella y ya le cambiaba la cara, no quería estar más. Estaba con nosotros y ella se lo llevaba. Nosotros no lo veíamos más en toda la noche», sostuvo.
Fernando se iba a mudar a Paraná
Otro de los datos que se desprende del testimonio de Juan, es la decisión que tenía tomada la víctima: abandonar Gualeguaychú y radicarse en la capital provincial, para estudiar, junto a dos de sus amigos, la carrera de Administración de Empresas. «Hacía más de un año que lo tenía decidido», afirmó el joven.
Un defensor rústico, fanático de Boca y músico frustrado
«Siempre quiso aprender a tocar el güiro pero no era lo de él, nunca tuvo paciencia», recordó, entre risas. Asimismo, sostuvo que, si bien era aficionado del fútbol y de Boca, la destreza no era su fuerte. «No era muy bueno pero era buen defensor. Era rústico, de pegar fuerte», comentó Juan.
Por otro lado, dijo que era muy «cabulero». «Siempre que jugaba Boca o había un partido importante, si nos habíamos juntado, se iba. No le gustaba ver los partidos con nosotros, ni los de Argentina. Como que lo cuatro juntos éramos mufa. Se iba a la casa. Solito, se ponía a ver el partido», contó.
El final más triste
La idea de que la historia tuviera un desenlace mortal nunca fue una opción para el grupo de amigos. «Era imposible saber lo que iba a pasar. Nunca lo imaginamos, es horrible. Sabíamos que era una relación medio fea pero tampoco pensamos que hasta tanto», lamentó Juan, consternado. (Canal 9)