Ayer se instaló en Costa Uruguay Sur el primer equipo comprado por la Gobernación en 2014, pero como no lo instalarán en conjunto con la central para monitorear la contaminación transfronteriza, no podrá captar estos datos. Malestar en la Asamblea, que denuncia rencillas políticas y caídas adrede de acuerdo.
Ayer por la tarde, en la Escuela Nº12 “Del Pericón”, en Costa Uruguay Sur, se comenzó a instalar el primero de los equipos medidores de aire que compró la Gobernación entrerriana en 2014. Sin embargo, peso a la grandilocuencia del nombre y el anuncio, este aparato sólo detectará algunos parámetros de contaminación en el aire, pero con aptos para cuantificar cantidades.
Además, desde la Asamblea aseguran que “no sirve por sí solo para medir la contaminación transfronteriza, como la emanada por la papelera finlandesa UPM (ex Botnia) instalada en Fray Bentos, Uruguay, y tampoco las emanaciones del Parque Industrial de Gualeguaychú (PIG)”.
“No hay que confundir: No son para medir la calidad de aire por el impacto del emprendimiento UPM-ExBotnia, para esa medición se necesita un equipo específico que en algún momento funcionó en el balneario Ñandubaysal y que es competencia del Gobierno Nacional”, admitió el secretario Ambiental de la provincia, Horacio Melo.
El funcionario entrerriano, con sus palabras, hizo referencia al plan original para estos equipos medidores de aire: trasladar de Ñandubaysal a la Escuela Nº12 “Del Pericón” la central que instaló allí la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Servicio Meteorológico Nacional. Estos equipos sí son aptos para medir la contaminación transfronteriza, como la que genera UPM (ex Botnia), y al ser un equipo perteneciente a la esfera nacional, podía avalar esos datos compilados y autorizados. Y por supuesto también dependerá del lugar donde se lo coloque para que tome las muestras.
Y Ñandubaysal no lo es: es un lugar neutro donde no hay nada y jamás detectarán nada allí. Todo lo contrario a la escuela “Del Pericón”, donde es el lugar donde más va la concentración de gases.
La decisión de instalar la central de la CNEA allí fue del Poder Ejecutivo nacional durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, y ya el mes pasado la Secretaría de Ambiente provincial, universidades y ONG’s ambientalistas de Gualeguaychú acordaron solicitar a Nación la puesta en marcha de dicho equipo de monitoreo, mientras se avanzan las gestiones para el traslado de esa central la zona de Costa Uruguay Sur.
Pero desde la Asamblea Ambiental denuncian que es por culpa de las gestiones de Ambiente entrerriano que el acuerdo para realizar estas acciones está caído. Según explicaron, cuando el secretario de Control y Fiscalización Ambiental de la Nación Juan Trebino estuvo en Gualeguaychú, trajo el acuerdo firmado entre Nación y Provincia y también la nota donde la Secretaría de Ambiental entrerriana rompía ese acuerdo diciendo que no va a llevar a cabo con lo pactado.
¿Los motivos? Según sostienen los ambientalistas, cuando se rompió el acuerdo era una época en la cual el Ejecutivo Nacional, con Mauricio Macri y Cambiemos en la Casa Rosada, tenía un enfrentamiento con la Gobernación entrerriana comandada por el peronista Gustavo Bordet. Pero también consideran que no hubo un buen manejo de gestión por parte del actual secretario Ambiental Horacio Melo, quién hace unos años fue integrante de la delegación argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) durante el kirchnerismo y que a partir del desempeño en este rol quedó muy enfrentado con los asambleístas.
Lo cierto es que ayer se instaló un aparato que, según denuncian, no servirá para controlar las principales fuentes contaminantes de la ciudad y Gualeguaychú queda nuevamente en medio de una pelea entre Nación y Provincia mientras la polución avanza firmemente. (El Día)