Por las denuncias requisaron el asentamiento de Almafuerte y Salellas. Se incautó dinero, computadoras, celulares y armas. El modus operandi de los delincuentes era el informar que se cambiarían los billetes que iban a salir de circulación.
Un amplio despliegue policial se realizó en horas del mediodía para allanar un campamento de gitanos ubicado en Almafuerte y Salellas, en las afueras de Paraná. Allí se recolectaron elementos de interés para la causa por estafas y «cuentos del tío», por lo cual fue demorado un integrante de la comunidad.
Las causas se abrieron por los denominados «cuentos del tío» a varios jubilados de Paraná y Viale que cayeron en la trampa. Les decían que iban a salir de circulación billetes de distinta denominación, algo que en realidad nunca existió.
Desde la Policía se informó a UNO que Personal de la División Delitos Económicos, realizó dos allanamientos con autorización judicial, en la intersección de avenida Almafuerte y Salellas, donde viven personas de la comunidad gitana, en relación a una investigación que se lleva adelante en la fiscalía de Atención Primaria, a cargo de Martín Abraham.
Las denuncias por estafas en los denominados «cuento del tío», que se cometieron en Paraná y Viale, determinaron a los investigadores llegar hasta los autores. Pudieron secuestrar muchos elementos de interés: 26 teléfonos celulares, tabletas, CPU, documentación, prendas de vestir, 5.500 pesos y 100 dólares. También encontraron una escopeta calibre 16 y cartuchería, de lo cual no contaban con la documentación.
Todos los elementos serán puestos a disposición de la fiscalia para su posterior peritaje.
También se procedió al traslado de un gitano de 26 años a la División Antecedentes para su correcta identificación quien quedó supeditado a la causa.
El modus operandi que utilizaban para cometer los hechos, era el siguiente: «realizaban una inteligencia previa para saber donde vivían personas de avanzada edad, luego las llamaban por teléfono haciéndose pasar por un familiar (hijo, sobrino o nieto) y le manifestaban que debían cambiar todos los billetes que tenían guardados porque iban a salir de circulación. Una vez que tenían el convencimiento de su víctima, le decían que pasaría el gerente del banco o un amigo de confianza a retirar el dinero, que se lo entregara, para realizar el cambio y luego devolvérselo, pero una vez que se hacían del dinero no regresaban más», detallaron a UNO.