El subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación y presidente de ProCreAr, Iván Kerr, anunció que a fines de septiembre el gobierno abrirá un nuevo llamado a inscripción para los créditos hipotecarios para compra, tal como había hecho en marzo de este año. “Es una continuidad de lo que ya existía, y no tiene tinte electoral”, aclaró el funcionario. Explicó que el nuevo llamado será a fines de septiembre, cuando esté claro cuál será el presupuesto con el que contarán el año próximo, que es cuando se efectivizarán los préstamos. La inscripción para los créditos para compra había cerrado el 31 de marzo de este año: en esa oportunidad, se anotaron 160.000 postulantes, de los cuales unos 90.000 resultaron seleccionados.
Para este tipo de crédito hipotecario para compra de vivienda, Procrear trabaja con 15 bancos, que trabajan con una tasa de interés muy baja, de 5 por ciento promedio. Los plazos de pago llegan hasta 30 años, y las familias pueden elegir el banco donde tramitar el préstamo. La cuota mensual promedio es de 2500 pesos, dependiendo del monto solicitado de crédito y el banco que otorgue el crédito. Para postular, las familias deben contar con un ahorro del 10 por ciento del valor de la propiedad, a lo que hay que sumarle los gastos administrativos y de escrituración que suman alrededor de un 5 por ciento del valor de la propiedad.
La diferencia con un crédito hipotecario común es que los créditos Procrear cuentan con un subsidio del Estado nacional directo a la familia y no reembolsable. El monto máximo del subsidio es de $400.000 para familias con hijos y viviendas de menos de 1.200.000 pesos. Para familias sin hijos y con viviendas de menos de 1.200.000 pesos, el monto asciende a 300.000 pesos, al igual que para familias con hijos y viviendas de entre 1.200.000 y 2.000.000 de pesos. Por último, el subsidio es de 200.000 pesos para familias sin hijos y viviendas de entre 1.200.000 y 2.000.000 de pesos.
Esta línea que se reabrirá a fines de septiembre está diseñada para quienes buscan adquirir una vivienda nueva o usada, hasta un valor de $2.000.000. Su destino tiene que ser de vivienda única, familiar y de ocupación permanente, y la asignación de los créditos se hace mediante un sistema de puntaje social que prioriza a las familias de acuerdo con su necesidad habitacional. Es decir, quien aplique para el crédito no debe ser propietario, ni copropietario de bien inmueble alguno, no puede haber adquirido (ni el titular ni su cónyuge) una vivienda financiada con recursos del Estado (FONAVI, PROCREAR), y la asignación ya no se realiza por sorteo, como se hacía durante el kirchnerismo.
Para acceder, las familias deben tener ingresos formales netos de entre 2 y 4 salarios mínimos, vitales y móviles (SMVyM). Medido al mes de julio, la cifra es de entre $17.770 y $35.440. También es requisito -tanto para el titular como para el cónyuge o conviviente- ser argentino o nacionalizado o extranjero con residencia permanente, y tener entre 18 y 55 años al momento de la inscripción. Además, la cuota inicial del crédito no debe superar el 25% del ingreso neto familiar, y se exige una continuidad laboral mínima de un año tanto en el caso de los empleados en relación de dependencia como para los autónomos y monotributistas. Por último, es requisito tener una buena calificación crediticia y no tener antecedentes desfavorables en el sistema financiero.
Según explicó Kerr en diálogo con Radio Mitre, la operación promedio de los inscriptos en marzo es de $1.050.000, con un subsidio de $320.000, un crédito de $580.000, y anticipo de 10%. La cuota inicial, en ese caso, asciende a $4400, accesible para mucha gente que por ese dinero alquilaba.
En paralelo, sigue abierta la línea de créditos Procrear para construcción de vivienda en un lote propio, donde también se subsidia hasta $400.000 del monto de crédito, que tiene un tope de $1.100.000. En este caso, la cuota promedio mensual es de $3040, dependiendo del monto solicitado de crédito y del banco que lo otorgue. El valor del terreno no puede superar los $500.000 y el terreno debe estar a nombre del titular o de un familiar directo (padre, madre o hijo). La vivienda a construir deberá tener entre 40 y 80 metros cuadrados.
En el caso de los créditos para construcción, Kerr sostuvo que fueron 16.000 los inscriptos, de los cuales unos 9500 resultaron asignados.
También sigue abierta la línea de microcréditos para comprar materiales en corralones adheridos y la llamada «Mejor Hogar», para conectarse a la red de gas y que se paga junto con la tarifa social. Para el «Mejor Hogar», además, no es necesario acreditar ingresos formales. Para fines de septiembre, el Gobierno planea una línea similar para las conexiones de agua potable y cloaca. (Análisis)