Mañana a primera hora comenzarán a peritar en Inteligencia Criminal en Paraná parte de lo secuestrado en la casa del abogado. A esa misma hora, pero en Gualeguaychú, Daniel Enz declarará ante los fiscales. Hay más víctimas que esperan por garantías para declarar y ya hicieron contacto a través de abogados.
Carlos Riera
Arranca una semana que será clave en la investigación que se abrió de oficio por los delitos de corrupción y prostitución de menores, que tiene al abogado, historiador y periodista Gustavo Rivas como blanco de una denuncia periodística.
Es muy posible que esta semana sea citado a prestar declaración de imputado porque con las declaraciones de dos supuestas víctimas y un familiar de una de ellas que declaró como testigo, ya sería suficiente para que el reconocido abogado de Gualeguaychú declare en Fiscalía por los delitos que se lo acusa.
Enz, el primero
El autor de la denuncia periodística en la Revista Análisis, Daniel Enz, será el primero en declarar. El lunes a las 8 está prevista la entrevista y se le solicitará que acerque a la investigación nombres de personas que le prestaron testimonio para su nota, para que puedan ratificar los dichos ante la Justicia. En dialogó con ElDía, el responsable de la nota que repercutió a nivel nacional contó que para su artículo consultó a unas 80 personas entre víctimas, familiares, referentes sociales, abogados, dirigentes políticos, funcionarios de áreas vinculadas a la minoridad, pero aseguró que respetará la privacidad de los denunciantes.
Hoy por hoy las fotos que fueron secuestradas en el domicilio de Gustavo Rivas son la prueba más importante que tiene la Fiscalía para sostener la investigación, pero se presenta el problema de que muchas de las personas que aparecen en esas imágenes por el momento son desconocidas. Se trata de fotografías que posiblemente llegan hasta aproximadamente el año 1995/96, época en que se dejó de revelar por el paso a la fotografía digital.
Abren los archivos
Por eso será importante lo que ocurra a partir de mañana en Paraná, más precisamente en la División de Inteligencia Criminal de la Policía de Entre Ríos, en donde comenzarán a examinar los archivos que Rivas guardó en su computadora, en un pen drive, en un disco externo y en una Tablet. Se buscará todo lo que pueda llegar a tener contenido sexual o pornográfico. Más adelante se continuará con el soporte secuestrado de mayor antigüedad.
Respecto a las víctimas, la fiscal Martina Cedrés ratificó lo mismo que dijo el fiscal Lisandro Beherán en las dos conferencias de prensa que brindó hasta el momento. “Se preservará la identidad de las personas. En cada etapa procesal se va a pedir a los jueces no dar a publicidad los nombres de los declarantes”, señaló la funcionaria en una entrevista a ElDía.
Confirmó que a lo largo de esta semana se tratará de individualizar a las personas que aparecen en las fotografías secuestradas para invitarlos “con las garantías de no dar a conocer sus nombres, a que brinden su testimonio”. También confirmó que existen abogados que ya han mantenido contacto con la Fiscalía de Gualeguaychú, que representan a víctimas que están dispuestas a declarar.
La mayoría de las supuestas víctimas tendría actualmente entre 30 y 40 años, e incluso habría personas de menor edad, pero a Cedrés le impresionó lo consternadas que están muchas de ellas, “con temor al poder social que tiene Rivas en la ciudad, en donde hay gente que lo defiende diciendo que los chicos iban porque querían y esos comentarios les repugnan”.
Identidad reservada
Una de las supuestas víctimas rompió el silencio, pero bajo el anonimato de un nombre ficticio, Eloy Pérez le dijo al diario Perfil que a Rivas “lo atraían los adolescentes y lo sabía todo el mundo” y que “usaba estrategias para taparlo. Es un gran manipulador –manipuló a todo un pueblo–, un estratega que, además, daba dádivas, adornaba con plata para que la gente no lo denunciara. Aprovechaba su situación acomodada para cometer los abusos. Es un tipo muy formado y una porquería, un perverso”. “Yo lo conocí en los ‘80. Con un grupo de amigos íbamos a navegar por el río en su yate y estaba todo bien y, de repente, pasaba. Se armaban fiestas”, publicó ayer el diario porteño.
El abogado no forzaba la situación, sino que la propiciaba. “Nos ofrecía cuestiones que nosotros teníamos prohibidas: noche, alcohol, paseos por el río, regalos. Accedíamos. Era un tipo soltero, con plata. Uno en ese momento se sentía partícipe, pero en esa etapa de la vida estás buscando tu identidad y él nos manipuló. A mí me manoseó, pero fui testigo de otras situaciones con otros chicos”, expuso.
¿A qué se debe la tolerancia? “Era un bonachón tremendo, un profesional respetado, simpático y campechano. Tenía una doble fachada. La gente lo quería. Y yo también puedo acusar al olvido, por una negación. Lo querés dejar en el olvido. Me angustia pensarlo. En el momento, te sentís partícipe, era confuso. Ahora lo recordás y te das cuenta que era una cosa asquerosa. En esa época yo no sabía qué era la pedofilia”, reconoció Pérez. (El Día)