En pocas horas la información tomó estado público. El periodista que estuvo a cargo de la investigación que se extendió durante un año y medio, explicó los pormenores de su trabajo. Dijo que es uno de los casos más escalofriantes a nivel nacional y hasta mundial.
El cálculo estima que fueron 2 mil las víctimas del abogado Gustavo Rivas. La investigación toma más de cuarenta años de presuntos abusos que habrían sido documentados por el propio implicado.
El periodista Daniel Enz a cargo de la revista Análisis, dialogó con ElDía desde Cero. Expresó su alegría al saber que la justicia haya tomado la decisión de abrir una causa de oficio a partir de la publicación.
Aseguró que algo habló previamente con gente de la Justicia, previo a la publicación. Dijo que “por lo general hablo para ajustar todos los detalles porque estamos hablando de mucha gente, de causas más graves que la del cura Ilarraz, Broggi, Moya, Escobar, que fueron otras denuncias también nuestras. Además estamos hablando de una denuncia a un abogado reconocido y con mucha historia en la justicia. No van a tener que lidiar con alguien que está en desconocimiento del derecho o de cómo se maneja una causa”.
La investigación comenzó hace un año y medio atrás y cuenta con unos 80 testimonios de víctimas, familiares, referentes sociales y abogados.
“Hubo que reconstruir toda una historia negada. Fui viendo diferentes modalidades en los escenarios que montó Rivas con los chicos de la década del 70, 80, 90, los del 2000. Fueron variando y les fue incorporando cosas. Entonces me puse muy estricto para ir tomando diferentes generaciones para ver en qué medida iba cambiando su modalidad. Evidentemente fue una cosa temática, perversa. Muy perversa”, detalló Enz.
“Sin comparación”
El autor de la investigación reconoció que compartiendo los datos con algunos colegas, le reconocieron que “estamos hablando del caso de corrupción de menores más grave de la historia de Argentina y a nivel mundial” y detalló: “el número 2 mil lo hicimos con los familiares y víctimas a partir de un cálculo muy simple. Tomamos una víctima por semana durante 40 años y eso te da 2112 o algo así. Y es sabido que Rivas había fines de semana que abusaba de entre 5, 8, o 10 chicos. Por eso hicimos el cálculo más moderado”.
Por otra parte, diferenciaron entre los casos de corrupción, abuso o prostitución. “La corrupción de menores es cuando él les pasaba películas pornográficas, se paseaba desnudo o les mostraba películas donde él aparecía en la escena como el principal protagonista, o sea, abusando de otros chicos. Otra cosa es el abuso en sí, donde él practicaba sexo oral, él se hacía penetrar o él se hacía colocar cosas. Eso ha sido un detalle que nunca vi en mi vida”.
¿Por qué no consultaron a Rivas?
Daniel Enz contó que lo pensó en distintas oportunidades, pero decidió finalmente priorizar a las víctimas. “Yo no podía dejar expuesto a que él desarrolle un plan de presión sobre las víctimas. Por sus características él tiene el detalle de casi todas sus víctimas. Sabe muy bien quiénes son. De eso se ha ocupado y los ha fotografiado y los ha filmado. Ha sido una de sus obsesiones y parte de su estrategia. No es casual que haya tenido cámaras para filmar lo que ocurría adentro de su casa, en una época en que nadie tenía. Eso no lo hace por una cuestión seguridad, era por algo específico”.
Tal vez Rivas haya sospechado de la investigación que se estaba realizando desde tiempo atrás. “Por ahí se puede haber filtrado. Yo no sé si tenía conocimiento de la magnitud de investigación. Son seis páginas de la revista. No es una página”, detalló Enz y agregó: “es muy grave todo lo que hizo Rivas. Hasta abusar de los hijos de sus propios amigos”.
En cuanto al respaldo legal de su investigación, el periodista dijo que trabajó con muchos testimonios que están dispuestos a comparecer ante la Justicia.
Finalmente, declaró que espera que “Rivas quede preso; aunque sea con prisión domiciliaria lo antes posible. Nosotros tenemos registros de que siguió haciendo lo mismo hasta, por lo menos, el año pasado aunque en menor intensidad, pero él sigue convocando a su casa a chicos de 15 y 16 años, porque el abusador es así, el abusador no termina nunca. Rivas es un enfermo, es un psicópata. Es un hombre perverso, de doble vida.
La hipótesis de un cómplice
Enz indicó que en 2007 Rivas anexa la modalidad de pasar películas pornográficas caseras “donde él es el principal protagonista haciendo sexo oral o haciéndose penetrar y donde hay evidentemente un manejo cuidadoso de la cámara que no la hace un chico obviamente. Eso lo filmó un mayor en alianza con Rivas. No tengo dudas”. De comprobarse la participación de otro adulto, también estaría cometiendo un delito.
“Espero que jefes departamentales de la Policía de los últimos 40 años sean citados a declarar para que cuenten cómo es que nunca vieron nada extraño en la puerta de la casa del doctor Rivas, los días viernes y sábados entre las 12 y las 2 de la mañana”, concluyó. (El Día)