La Comisión del Carnaval, en una resolución que marcó la jornada, desestimó el reclamo presentado por Ará Yeví (Club Tiro Federal) en relación a la quita de un punto, ratificando así el título de campeón para Papelitos (Club Juventud Unida). De este modo, la comparsa “Los del Oeste” logró su cuarto campeonato consecutivo, un logro que, según las actas, es indiscutible.
La reunión de la Comisión estuvo teñida de tensión, con posturas defendidas con vehemencia y pasión. Pero, al final, se ratificó que Papelitos es la campeona del Carnaval del País edición 2025, un resultado que, aunque legítimo, está marcado por un trasfondo de polémica y reclamos.
En la crónica de ANÁLISIS sobre la quinta noche del carnaval (sábado 1º de febrero), ya se insinuaba lo que hoy es noticia. En aquella oportunidad se escribió: “Faltan seis noches. Todo puede pasar. Todas las comparsas tienen oportunidad. Pero Ará Yeví pisa fuerte y viene por la copa. Está `Endiablada`. Todos lo saben. Por eso los esfuerzos –o la estrategia– ahora se concentran también en la competencia en los escritorios, porque en la pasarela parece invencible”.
Un análisis certero, que hoy se cristaliza en un desenlace que no solo afecta lo vivido en el escenario, sino que privilegia la decisión adoptada arriba de un escritorio.
El psicólogo y escritor Gabriel Rolón, en sus reflexiones, señala: “Hay derrotas que enaltecen y victorias que avergüenzan”. En un tiempo donde el culto al triunfo parece sobrepasar los valores que unen a la comunidad, esta afirmación tiene más actualidad que nunca. El éxito a cualquier costo, sin importar el camino recorrido, siempre tendrá un precio, aunque a simple vista o en un primer momento no sea evidente.
Un pensamiento que resuena también en las palabras de Jorge Luis Borges, quien, con sabia perspectiva enseña que “la derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece”. Y hoy, con la coronación de Papelitos como tetracampeona, el sabor del triunfo es opacado por los ecos de esta polémica.
El margen de 25 centésimas que separó a Papelitos de Ará Yeví no se logró en la pasarela, ni tampoco con el despliegue del arte; sino en las interpretaciones frías de reglamentos que se ponen arriba de un escritorio. Y si bien es momento de celebración para “Los del Oeste” –su pueblo carnavalero lo merece- hay que convenir que la alegría de este cuarto campeonato consecutivo queda empañada por el contexto en que se alcanzó. La victoria no siempre tiene el sabor de la gloria.
Con la mirada puesta en la edición 2026, los clubes ya palpitan lo que se viene, con la certeza que el Carnaval del País -esa gran fiesta popular- sigue siendo el espacio donde la emoción y la alegría se viven con intensidad. (Análisis)