Comisario explicó cuáles fueron las circunstancias que rodearon la tragedia y confirmó que “en todo momento se trató de reanimarlo”. “Es un dolor inevitable”, lamentó.

Un niño de casi tres años murió ahogado tras caer a una pileta en Paraná; la tragedia ocurrió en la tarde de este jueves en una casa quinta ubicada en la zona este de la capital entrerriana.

“El móvil policial concurrió al lugar por un menor descompensado, pero no localizó ninguna persona y continuó con la recorrida a la espera de alguna respuesta desde el centro de salud o el hospital. Posteriormente, se recibió el llamado del San Roque respecto del ingreso de un menor de dos años y ocho meses, el cual ya estaba sin signos vitales”, confirmó a Elonce el jefe de comisaría decimoquinta, Cristian Millen.

Según explicó el comisario, el niño recibió reanimación cardiopulmonar (RCP) de parte de un trabajador de la quinta, quien lo trasladó en un vehículo particular al centro de salud Oñativia (ex Corrales) y luego fue derivado en ambulancia al hospital San Roque.

“En todo momento se trató de reanimar al niño”, reafirmó Millen. De hecho, especificó que “el trabajador le hizo RCP por 30 minutos, por 20 minutos más en la ambulancia y cuando llegó al hospital ya no se lo pudo reanimar”. “Desde el nosocomio comunicaron la lamentable novedad respecto de que el menor estaba sin vida”, acotó.

Millen explicó que la madre del niño es oriunda de Misiones y trabaja como personal de limpieza en la quinta, que se encuentra en refacción.

Respecto a las circunstancias en la que ocurrió la tragedia, el comisario repasó que, “según los dichos de la madre, ella estaba limpiando y era habitual que el niño quede mirando televisión; cuando no lo escuchó más, empezó a llamarlo y a buscarlo, pero no lo encontró”. “Cuando miró hacia la pileta, vio que el nene se había caído a la piscina. Lo sacaron sin vida, por eso comenzaron a realizarle RCP”, rememoró.

El funcionario policial aclaró que la piscina de la quinta era bastante amplia y si bien no estaba llena, “si tenía bastante agua como para que la criatura no pueda salir”. La pileta no tenía las barreras de protección en los laterales.

 

“Es un dolor inevitable”

Finalmente, el comisario reconoció que, si bien el personal policial atraviesa “muchas situaciones, en estos casos, es inevitable que nos provoque un sufrimiento, más allá de no conocer a las personas, porque se trata de una criatura”.

 

“En la pileta había una pelota y estimamos que el niño fue en busca de esa pelota para jugar”, indicó Millen. “Te conmueve porque una situación realmente dolorosa y para la madre, fue terrible”, lamentó.

“Es un dolor inevitable que sentimos en estos casos, mas allá de todas las situaciones que atravesamos con personas fallecidas”, cerró. (Elonce)

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