El personal del Puesto Caminero de San Jaime de la Frontera, donde se halló «la droga de la violación». Destacaron el rol de la perra y confirmaron dónde se encontraba la droga en el vehículo.
Se frustró el ingreso de casi 39 mil pastillas de Glunitrazepam en la provincia de Entre Ríos el pasado miércoles. En el Puesto Caminero de San Jaime de la Frontera, un trabajo articulado consiguió detener la marcha de un vehículo que transportaba lo que se conoce como “la droga de la violación”.
Al respecto, hoy se brindó una conferencia de prensa del ministro de Justicia y Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, que elogió el trabajo de Prevención y Seguridad Vial en con junto con el personal del Puesto Caminero.
Allí estuvo presente parte del personal que a las cuatro de la mañana lograron evitar el paso de la droga que tenía como destino la provincia de Córdoba. “Así como esta droga, hay otras que ingresan a la provincia y no queremos que ingresen más. A la nuestra, sobre todo”, remarcó Roncaglia.
El oficial inspector, Fernando Valdez, de la delegación Tóxicos de Chajarí, dialogó con Elonce y contó cómo sucedió el hecho: “Se demoró a un vehículo que es proveniente de Paso de los Libres. Lo venía conduciendo un hombre, se le hace la correcta identificación. Se le consulta por sus datos y la documentación del vehículo”.
Por otro lado, comentó dónde estaban las bolsas con las drogas: “Las pastillas estaban entre el parante de las dos puertas traseras y los parantes traseros, que dan hasta el asiento. Si lo corrés, estaba entre los plásticos”.
“Se notó nerviosismo en el conductor. Se utilizó el programa SIFCOP, donde arrojó que el vehículo tiene una ejecución prendaria. Ahí se hizo hincapié en el tema y personal de Seguridad Vial utilizó el can detector, donde adopta la maniobra que imita como si estuviese teniendo material estupefaciente”, continuó.
El Segundo Jefe de Puesto Caminero de San Jaime, Cristian Martínez, explicó el relato de la detención del ciudadano correntino: “Una vez que se detiene la marcha del vehículo, se le pide la documentación exigible –licencia y cédula-. En su momento, no tenía la cédula, sino que era una fotocopia. Por eso, se procedió a chequear el vehículo. En ese momento, se empieza a notar cuando una persona está nerviosa. Se chequeó el motor y el chasis”.
En la misma línea, remarcó el rol del perro antinarcóticos: “El can cambia de actitud, tomando forma propia de la supuesta tenencia de estupefacientes. En ese lugar y a simple vista se pudo notar las bolsas.”
“Los perros siempre están son personal del Puesto Caminero. Llevan un entrenamiento, tienen cursos al igual que los funcionarios policiales”, concluyó. (Elonce)