Mariela Beatriz Zapata, de 38 años, y su novio Gabriel Alberto Sandoval, de 27 años, fueron condenados el miércoles por el vocal del tribunal de Juicios de Gualeguaychú, Arturo Dumón, a cumplir una pena de 4 años y 2 meses de prisión efectiva.
Fue el adelanto de veredicto en torno a una causa que se inició en julio del año pasado, por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”. Se inició el 12 de julio de 2018, cuando se allanó un domicilio ubicado en España y Saraví, y se halló una bolsa con 111 gramos de cocaína y recortes de nylon que eran destinados para el fraccionamiento y venta al menudeo.
Zapata y Sandoval llegaron al juicio que se realizó la semana pasada en libertad y continúan en esta condición tras el adelanto de veredicto de Dumón, porque las condenas no están firmes y es muy probable que la sentencia sea apelada ante el Tribunal de Casación de Concordia.
Falta de pruebas contra el policía implicado
Fue en este caso donde además de la pareja se detuvo al hijo de Zapata y a un policía de la división Investigaciones. El primero fue imputado, pero luego se dictó el sobreseimiento por falta de pruebas, mientras que la acusación sobre el segundo se cayó durante la investigación por la falta de pruebas.
El efectivo, con varios años de servicio, había sido conectado con los detenidos por los vecinos que informaron a los jefes policiales que uno de sus miembros tenía conexiones con los acusados y que incluso este hombre era quien pasaba con el auto no identificable de Investigaciones y levantaba una suma que rondaba los 10 mil pesos en forma semanal.
Fue en una de las reuniones vecinales que se realizaron en el barrio Zabalet, que la cúpula policial fue informada sobre la venta de droga en el barrio e incluso que uno de sus miembros acudía semanalmente a cobrar el “permiso” para dejar trabajar a los narcos. Incluso se aportó la identidad del policía con nombre y apellido.
El hombre de 48 años quedó detenido cuando circulaba con el auto de Investigaciones a unas cuadras del lugar donde se realizaba simultáneamente el allanamiento en el barrio Zabalet, pero nunca se le encontró nada incriminatorio y fue por esta falta de pruebas que la acusación por “cohecho activo” en su contra cayó con el correr de los meses. Incluso los mismos vecinos que lo acusaron en un primer momento, posteriormente no lo ratificaron en la causa judicial, por lo cual es muy posible que sea sobreseído en esta causa. (ElDía)