Stella Maris Ramírez, la joven encontrada asesinada en el río Paraná, murió entre tres y cuatro días después de su desaparición, según datos de la autopsia, y la principal hipótesis apunta a que agonizó durante ese tiempo tras ser golpeada.
De acuerdo a la necropsia realizada en la morgue judicial de Campana, la víctima, quien había desaparecido el 2 de agosto, falleció entre el lunes 5 y martes 6 de este mes, lo que coincidió con los testimonios que involucraron al esposo, Carlos Entivero (36), y a su suegra, Amelia Itatí Lezcano (53), ambos detenidos por el caso.
Fuentes de la investigación informaron que algunos vecinos habían declarado que el viernes 2 habían escuchado gritos y golpes en la vivienda ubicada en el barrio Granja 8, de la localidad bonaerense de Lima, partido de Zárate.
Tres días después, la suegra de la víctima que vive en Corrientes apareció en la casa y, según los testimonios, la vieron lavar ropa y la casa.
Sin embargo, en la autopsia no se pudo determinar la causa de la muerte por el estado de putrefacción del cadáver.
Tampoco pudo establecerse si la decapitaron post mortem y si el corte profundo en el tórax lo realizaron para que el cuerpo se hunda o si fue en vida.
El cadáver fue encontrado a las 14, a tres kilómetros de la orilla del Club de Pesca de Lima en el noreste de la provincia de Buenos Aires, y fue reconocido por una vecina de la víctima, quien la identificó a partir de un tatuaje en uno de sus hombros.
Ramírez (26), oriunda de la provincia de Chaco, desapareció el 2 de agosto último de su casa del barrio Granja 8, en Lima, aunque la denuncia fue realizada el martes de la semana pasada, cuando su familia, que vive en esa provincia norteña, se enteró por amigos y vecinos de que no tenían rastros de ella.
Por ese motivo, voluntarios de la Brigada Canina K9 de Campana, junto con personal de diversas dependencias policiales de la zona y de Policía Científica, llevaron a cabo desde el jueves pasado rastrillajes en la zona de Lima y alrededores.
En la casa de la joven, los pesquisas hallaron mediante el reactivo luminol rastros de sangre en la pared de una habitación, en la parte trasera de una camioneta y en el lavarropas, además de tomar muestras para ser analizadas con el fin de determinar si pertenecían a la desaparecida.
Ante esta circunstancia, el fiscal Gutiérres dispuso el viernes último el arresto de Entivero, quien se negó a declarar, y pidió la detención de su madre para determinar el grado de participación en el hecho.
Lezcano (53), apresada en la localidad correntina de San Roque, también se negó a declarar y ambos seguirán detenidos como copartícipes del hecho.
María Estela Ramírez, madre de la joven desaparecida, declaró que su yerno «es un hombre violento» y que su madre fue cómplice del hecho.
La mujer sostuvo que el día de la desaparición de su hija, la madre del marido viajó desde Corrientes a Lima, en lo que sospecha fue para ayudarlo a deshacerse de evidencias.
Por último, la pareja tuvo una hija que ahora tiene cinco años y que quedó a resguardo de los abuelos maternos. El Once