El secretario privado del arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, el sacerdote Mario Gervasoni, se sentará en el banquillo de los acusados en junio de 2019 acusado por el delito de falso testimonio al no haber contado todo lo que sabía durante el proceso que se siguió al cura Justo José Ilarraz, finalmente condenado a 25 años de cárcel por los graves abusos a menores en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.
Gervasoni estará frente a un tribunal unipersonal los días 27 y 28 de junio de 2019. Lo juzgará el juez José María Chemez y le fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull llevará adelante la acusación pública. El 26 de septiembre último, la jueza de Garantías Marina Electra Barbagelata resolvió la remisión a juicio oral de la causa.
A Gervasoni -que lo asisten los abogados Miguel Cullen, Guillermo Vartorelli y Daniel Lambarri- se le imputan dos delitos: “falsedad” y “reticencia” en la declaración como testigo en la etapa de instrucción de la causa Ilarraz.
El secretario privado de Puiggari declaró el 8 de abril de 2015 en los Tribunales de Paraná. Entonces no contó todo lo que sabía del caso Ilarraz y de los abusos en el Seminario, según entiende la Procuración. Esa situación quedó en evidencia luego de los testimonios de Hernán Rausch, una de las víctimas de Ilarraz, y de los testigos José Carlos Wendler y Leonardo Tovar, quienes serán citados como testigos en el juicio que se le hará a Gervasoni. También fueron ofrecidos como testigos por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull los sacerdotes José Estanislao Zapata y Jorge Charreun, y el abogado Milton Ramón Urrutia.
El clero entrerriano tiene a varios de los suyos contra las cuerdas de la Justicia: dos ya recibieron una condena en primera instancia a 25 años de cárcel por abuso y corrupción de menores, Justo José Ilarraz y Juan Diego Escobar Gaviria. El lunes 25 de febrero, en Concepción del Uruguay, se abrirá el juicio oral al cura Marcelino Ricardo Moya, también por corrupción de menores. Mientras, sigue abierta la investigación por los abusos denunciados en Lucas González y que apuntan al cura Hubeimar Rua Alzate.
En la audiencia de septiembre último, la jueza Barbagelata rechazó un planteo de nulidad que hizo el representante legal de Gervasoni. Vartorelli pidió incorporar como prueba un acta firmada por el vicecanciller de la curia, José Rodríguez, con un “juramento de fidelidad” por parte de Gervasoni a la Iglesia, elemento que lo pondría a salvo de cualquier acusación de retacear información sin antes ser relevado del secreto profesional del oficio de cura.
El Ministerio Público Fiscal acusa al secretario privado de Puiggari por “haberse pronunciado con falsedad y reticencia, ocultando datos al juez, datos que no podía ignorar por el rol protagónico de secretario del arzobispo, con quien convive” en la residencia episcopal de la Costanera Alta. Fue cuando Gervasoni declaró como testigo en la causa Ilarraz, en 2015. Como para la Fiscalía se encontraría ya acreditado el delito, durante la audiencia de hoy ya hizo el adelanto de pedido de pena que hará para el cura: prisión condicional de 1 año y 6 meses por el delito de falso testimonio.
Ramírez Montrull aseveró en la audiencia ante la jueza Barbagelata que la posición de Gervasoni quedó desacreditada tras los testimonios que hicieron en la etapa de instrucción y en el juicio oral a Ilarraz los testigos Leonardo Tovar, José Carlos Wendler, Ramón Zapata, Jorge Charreun y el abogado Milton Urrutia. Y citó un incidente que protagonizó Rausch, víctima de Ilarraz, quien se desempeña como administrativo en el Colegio del Huerto, cuando Gervasoni se presentó en esa institución –lindante con la curia- y le pidió de modo destemplado: “No te metas con Puiggari”.
También hizo mención a una charla, que relataron varios testigos, que ocurrió en el Seminario y que tuvo como protagonista secundario al cura cordobés Néstor José Pucheta, cuando amenazó con denunciar lo que sabía de los abusos de Ilarraz si las autoridades de la Iglesia seguían negándole la ordenación sacerdotal. De esa charla, dijo Ramírez Montrull, fueron testigos Wendler, Zapata, Charreun y el propio Gervasoni.
Vartorelli intentó plantear la nulidad de la declaración que hizo Gervasoni en abril de 2015 en la etapa de instrucción de la causa Ilarraz, aunque sin éxito. La jueza lo rechazó. El defensor arguyó que el cura estaba amparado por el secreto del oficio para no contar todo lo que sabía. “Si bien es cierto que parte de la declaración versó sobre cuestiones ocurridas en el Seminario, mientras Gervasoni era estudiante, también es cierto que gran parte de la declaración, con solo leerla, vemos que numerosas preguntas fueron ya relacionadas con lo que pudo haber conocido durante el desempeño en el cargo de secretario de Puiggari”, sostuvo. “No se planteó en ningún momento relevarlo del secreto. Entendemos que debe declarase nulo el acto testimonial”, completó.
“¿El secreto para qué? –preguntó el fiscal-. ¿Para resguardar al arzobispo? Pero el arzobispo declaró, aunque lo hizo por escrito, y no alegó ningún secreto cuando declaró en la causa Ilarraz. Acá no se afectó ninguna garantía que amerite nulidad”. (Entre Ríos Ahora)