Los principales cursos de agua se acercarán a niveles de alerta en la región. El Niño ya golpea y su impacto se sentirá desde fin de mes.
Las lluvias de esta semana, la permanente inestabilidad y las condiciones de humedad imperantes son signos de la presencia ya instalada de la corriente de El Niño.
En la provincia, los ríos Paraná y Uruguay han mostrado un crecimiento en las últimas semanas, a tono con el nuevo régimen de lluvias, que en noviembre superó casi tres veces el nivel medio para el mes.
El Paraná se consolidó en una altura no muy lejos de los niveles de alerta, mientras que el Uruguay, con distintas características por tratarse de un río de llanura, sufre pulsos de crecida: hace 15 días tuvo un pico, y ahora volvió a retroceder y recobrar su cauce normal.
En su último informe, el Instituto Nacional del Agua (INA) alertó sobre el impacto de El Niño, para el trimestre diciembre-enero-febrero. Al respecto, marca que «los niveles en el río Paraná en territorio argentino, incluyendo el Delta, evolucionarán próximos al límite superior de aguas medias, con una probable tendencia ascendente desde fines del mes de enero, con eventual aproximación a los niveles de alerta». En el caso del Uruguay, acota que se espera una mayor probabilidad de eventos intensos de corta duración durante el trimestre. Así, los niveles podrían sostenerse por encima de los normales para esta época del año.
Sobre El Niño, el INA plantea que la reciente evolución de las condiciones atmosféricas y oceánicas y los pronósticos correspondientes marcan su presencia. Los resultados de diversos modelos de pronósticos muestran condiciones neutrales; pero es inminente el desarrollo del fenómeno a principios de 2019.
En noviembre se presentaron lluvias normales a por encima de las normales en gran parte de la Cuenca del Plata. Se destacan las lluvias registradas sobre la cuenca media del río Paraguay, con anomalías de más de 300 milímetros. Se produjeron además eventos de lluvias con montos acumulados de importancia en el sur del Litoral, cuenca media del río Uruguay y alta del Paraná, con más de 200 milímetros.
«Los resultados de los centros mundiales de Pronóstico Climático prevén condiciones entre neutrales y El Niño en los próximos tres meses. En el Litoral, noroeste argentino y cuencas de los ríos Uruguay, Iguazú y media-baja del Paraguay se esperan lluvias por encima de lo normal a normales», y no descarta la ocurrencia de eventos de precipitación localmente más intensa que lo normal sobre el centro y norte de Argentina durante el transcurso del los próximos meses. La coincidencia en los pronósticos sumado a la propia climatología y al posible desarrollo de un evento El Niño aumenta las chances en la frecuencia de estos eventos con sus respectivos impactos.
Al respecto, el jefe del Departamento de Hidrología de la Dirección de Hidráulica de la Provincia, Oscar Duarte, coincidió en general con el informe, aunque planteó la diferencia respecto de que sostiene que El Niño ya ha dado los primeros coletazos en noviembre «y esta semana vuelve a pegar en la región. De hecho esto se verá en los niveles de los ríos, si continúan las lluvias, a fines de diciembre y principios de enero».
Actualmente, los cursos de agua en la provincia ya están próximos a niveles de alerta.
El Paraná, por ejemplo, tenía una altura ayer de 4,22 metros; el nivel de alerta es 4,70 metros. Durante gran parte de laño estuvo en los 2 metros hasta octubre.
«Si esto continúa y está lloviendo en toda la cuenca –remarcó–, probablemente vamos a tener a fines de diciembre y principios de enero, aguas altas. Coincidimos con el INA, lo único que El Niño no es que se va a instalar en enero, sino que se van a ver las consecuencias en los ríos. A partir de octubre ya se impuso, y prueba de ello es que en noviembre se triplicó la cantidad de 110 a 300 milímetros del valor de lluvias del mes; eso ya anunció la presencia de El Niño».
En cuanto al Uruguay, con comportamientos y oscilaciones distintas al Paraná, precisó que ya ha sufrido oscilaciones, como el pico de crecida de hace 15 días. «Suponemos que será por pulsos de crecida» y acotó que El Niño no será fuerte, lo que marcará crecidas de relativa importancia y variaciones en el caso del Uruguay, que dependerá de los niveles concretos de lluvias. «El Uruguay tiene una dinámica de pulsos; si no llueve una semana, baja rápido. Por eso puede tener subidas y bajadas permanentes» en este verano, explicó.
«Venimos planteando desde hace varios meses que en diciembre, enero y febrero continuará este fenómeno de humedad permanente y lluvias por encima de lo normal en ambas cuencas. Eso indicaría altas aguas o aguas en crecida. La importancia o magnitud estará dada en lo que llueva», agregó.
Vale recordar que la última gran crecida de los ríos en la costa entrerriana se registró a principios de 2016, afectando notablemente la presencia de playas. Luego llegaron períodos de condiciones neutras, y últimamente, de La Niña (sequía). (UNO)