Hace cuatro años le introdujo un arma de fuego en la boca y la vagina, y la mantuvo encerrada cinco días golpeándola. Recibió una condena por ello, pero luego se casaron. Tras una nueva separación, el hombre de 36 años fue detenido el jueves cuando trató de entrar a la casa con un arma.
Es imposible narrar el presente de esta historia sin retrotraerse a todo lo que pasó en agosto de 2014. Una joven de 22 años se presentó en la Comisaría del Menor y la Mujer, en un claro estado de nerviosismo y miedo, acompañada de su hijo de dos años, para relatar todo lo que había padecido durante los últimos cinco días.
Todo el hecho se desarrolló en una casa del barrio La Cantera, en calles Asisclo Méndez y Buenos Aires, en el domicilio donde convivía la pareja. Al parecer, la mujer habría intentado ayudarlo en un problema de adicciones, lo cual no tuvo una buena recepción y esto habría sido el motivo que desencadenó la violencia.
El hombre trabajaba como ordenanza en la Escuela Técnica 3 y aprovechando que disponía de varios días no laborables, mantuvo a su pareja prisionera en su propia habitación. Desde el lunes 4 hasta el viernes 8 de agosto, y según consta en la denuncia a la que accedió ElDía en esa ocasión, la mujer fue víctima de todo tipo de maltratos psicológicos y físicos, como golpes con un garrote de hierro y cortes en piernas, brazos y espalda con una cuchilla.
Pero el extremo de la violencia se profundizó cuando el hombre la amenazó con un arma de fuego y luego se la introdujo en la boca y en la vagina. Este tipo de episodios habrían sido reiterados, pero lo que la víctima sufrió en esos últimos cinco días no tenía precedentes.
La joven logró escapar en un momento en que el hombre abandonó el domicilio. Corrió y pidió ayuda en una casa vecina, y de allí fue acompañada, con su hijo de dos años en brazos, hasta la Comisaría del Menor y la Mujer. De sede policial fue trasladada de inmediato al Hospital Centenario, donde se hicieron presentes el Delegado Judicial y el Médico Forense, que constataron las lesiones provocadas, principalmente la de los cortes en brazos, piernas y espalda.
El agresor fue imputado de privación ilegítima de la libertad y lesiones, en concurso real con abuso con acceso carnal, y se le dictó una prisión preventiva por 30 días. Luego de ello, en diciembre de 2014, fue llevado a juicio por los delitos de “privación de libertad agravada por haber sido cometida con violencia y lesiones leves dolosas agravadas por ser realizadas en perjuicio de la pareja y por violencia de género” y recibió una condena de prisión condicional de dos años y medio.
Hasta ahí es una terrible historia de las que tanto ocurren en Gualeguaychú, como en otras ciudades. Había dictámenes de prohibición de acercamiento y otras reglas de conducta que se vieron alteradas cuando en febrero de este año, los protagonistas de esta crónica decidieron casarse.
La vida conyugal no duró mucho. En apenas unos pocos meses la pareja volvió a separarse y la joven mujer se refugió en la casa de sus padres en el barrio Don Pablo. Desde mayo a la actualidad los contactos de este hombre asiduos, desoyendo las nuevas prohibiciones de acercamiento de la Justicia de Gualeguaychú por las nuevas denuncias que se habían radicado.
Fue así que el pasado jueves, el hombre fue hasta el domicilio donde está viviendo su ex pareja y trató de colarse por una ventana. La víctima y su padre advirtieron lo que estaba pasando y alcanzaron a ver que este hombre de 36 años estaba armado, pero al ser descubierto abandonó el lugar corriendo.
Se volvió a realizar una denuncia y fue el personal de la Comisaría Octava quienes detuvieron al agresor. Ayer se le tomó declaración de imputado por el delito de amenazas calificadas por la utilización del arma de fuego y tras esta audiencia con la fiscal carolina costa, se realizó el pedido de prisión preventiva, que el juez de Garantías Guillermo Biré concedió por 10 días. Actualmente tiene en su haber varias investigaciones en su contra por distintos hechos de lesiones leves dolosas agravadas por la relación de pareja y mediar violencia de género, amenazas simples, amenazas calificadas por uso de arma y desobediencia judicial, y en poco tiempo más deberá enfrentar un juicio por todas ellas. (El Día)