«Yo no la maté», sostuvo Ramón de la Cruz Ortiz, es el único imputado por la muerte violenta que sufrió su esposa, Susana Villarruel, en Gualeguaychú. Declaró en el juicio pero no respondió preguntas.
Ramón de la Cruz Ortiz es el único imputado por la muerte violenta que sufrió en la mañana del 10 de julio su esposa Susana Villarruel, en calle Irazusta al Sur y el puente sobre el Arroyo El Cura en Gualeguaychú.
Ortiz afronta una de las acusaciones más graves del Código Penal: homicidio triplemente calificado por el vínculo, la alevosía y por mediar violencia de género y cuya expectativa de pena es la prisión perpetua.
En la víspera Ortiz declaró, aunque expresó que no iba a responder preguntas. Inició su testimonio recordando que el 8 de julio había sido su cumpleaños y que lo había celebrado junto a su cuñado Maximiliano Villarruel (hermano de Susana) y que al otro día acordó con ella pasarla a buscar para realizar algunos trámites.
También aclaró que era habitual que él acompañara a Susana hasta la parada de colectivos cuando llovía (como ese 10 de julio), que le había dado 300 pesos y de paso le pidió la libreta familiar para realizar el trámite de divorcio.
«Yo no la maté», sostuvo y reiteró que la dejó en la parada del colectivo, sola. «No había nadie», dijo.
Con respecto a la tarjeta de cobro del banco, dado que aparece dos horas más tarde de la hora de la muerte de Susana, extrayendo dinero de la cuenta para la Asignación Universal por Hijos del cajero del banco Galicia, lo justificó al sostener que eran trámites habituales que hacían y que en esa oportunidad, ella le había encargado que le comprara una piedras amatistas para un curso de Reiki que estaba terminando.
No obstante, no aclaró si compró o no esas piedras, qué pasó con ese encargo ni con los 900 pesos que extrajo esa mañana, dos horas más tarde de la hora de muerte de Susana. Luego sostuvo que recibió en su celular un mensaje de la víctima y que eso fue lo último que supo de ella.
Señaló a manera de crítica que desde que está bajo prisión preventiva no le dejan ver a sus hijos y «que todo esto es una locura, no entiendo lo que está pasando», recalcó.
Por último, expresó que un policía le había aconsejado que se vaya de la ciudad antes de su inminente detención, que no quiso hacerlo y que colaboró con la investigación. Dijo que es inocente, aunque «la gente habla y comenta» y enfatizó: «Mi condena es social».
Hoy serán los alegatos de clausura. La defensa intentará probar -como lo expresó en la apertura del juicio- que Ortiz fue ajeno a los hechos que se le imputan y que las pruebas no son suficientes para establecer una condena. Mientras que para el Ministerio Público Fiscal no hay dudas que Ortiz es el autor material del homicidio de Susana y lo encuadra bajo la figura de un homicidio triplemente calificado por la alevosía, el vínculo y por mediar violencia de género. Por eso solicitará prisión perpetua.
El Tribunal anunciará hoy la fecha del adelanto de veredicto y cuándo será la lectura de la sentencia.
Diario El Argentino