Unos 15 estudiantes secundarios de la localidad de Las Mercedes, dpto. Gualeguaychú, viajan en la parte trasera de una camioneta, entre el barro, para poder ir a la escuela. Los padres reclaman por la falta de transporte público.
Los alumnos del campo sufren igual o más que los de las ciudades la falta de infraestructura escolar, el frío en invierno, el calor en verano y sobre todo padecen las lluvias.
Sin caminos, suelen ir a las escuelas en caballos, caminando, en bicicleta, a pie y cuando los padres pueden los llevan en autos, camionetas, tractores o cuatriciclos. Si llueve ellos saben que la maestra no viene de la ciudad o si llega, saben que deben salir antes porque en la escuela hay de sacarse las botas de goma, descalzarse o lavarse y después ponerse las zapatillas.
Si hace frío, en el aula no hay estufas y, con suerte, el patio tiene algunas baldosas para jugar en el recreo. Pero todo vale por estudiar, todos saben que ese es su futuro, porque en el campo «ya no queda nadie», como dicen los padres.
Una foto y el posteo de Gisela Duarte de Las Mercedes, en el departamento Gualeguaychú, expuso y dejó al descubierto la desigualdades del sistema educativo, la ausencia del Estado y del Consejo General de Educación en esta situación.
La foto muestra a 15 adolescentes viajando en la parte trasera de una camioneta, parados y apretados para no embarrarse a fin de ir a clases, a ser ciudadanos de un derecho que el Estado se empeña en retacearles. Necesitan un transporte, pero no se lo otorgan. Necesitan caminos y no son aptos.
Gisela lo describió como una madre que lo sufrió hace pocos años atrás en carne propia: «Esta es una de las maneras que llegan nuestros hijos a la escuela secundaria N°23 de Alarcón, debido a la negativa del ente correspondiente a proveer de transporte escolar. Fue solicitado en reiteradas ocasiones por parte del Colegio, de la Junta de Gobierno y los padres».
Luego contó la realidad: «En la camioneta viajan 15 chicos. Es de un padre, al cual los demás padres y la Junta de Gobierno le ayudan económicamente para los gastos mientras los demás chicos viajan en moto» y agregó «las distancias entre viviendas y colegio algunas veces superan los 20 kilómetros. En esta época, debido al frio se enferman mucho».
Sobre la desigualdad de derechos, la madre detalló que «viajan sin protección de un seguro escolar porque no son aptos para conducir motos o viajar en la parte de atrás de una camioneta» y se pregunta sobre el futuro de sus hijos: ¿Qué podemos hacer los padres que queremos un futuro para nuestros hijos, donde el estudio secundario es esencial?. Sólo mostrar la realidad para que algún funcionario quizás se entere de esta realidad; para que no se niegue que los caminos son intransitables cuando llueve; para que el Estado ya no sea un discurso de supuesta inclusión de todos y se transforme en algo tangible”.
R2820 / Orilla y Media