La campaña pone al Gobierno frente al dilema de cuidar las reservas del Banco Central o incentivar la actividad con más pesos en la calle y presión sobre las opciones libres de la divisa.
Pasado el primer test electoral del Gobierno de Alberto Fernández, faltan seis semanas para las elecciones legislativas y es de esperar que la administración nacional busque impulsar medidas económicas para volver a reencauzar el voto del lado del oficialismo.
Hay cinco variables financieras a monitorear para prever qué pasará con el dólar en esta delicada transición tras el resultado adverso para el oficialismo.
1 – Inyección de pesos “electorales”
La necesidad de recuperar votos llevaría a una inclinación del Gobierno por inyectar pesos a través de subsidios y bonos para los salarios públicos y haberes previsionales. Pero dicho exceso de pesos se traducirá en presión alcista para las cotizaciones libres del dólar.
“Los intentos para brindar una imagen expansiva al electorado podrían terminar en mayores niveles de inflación y devaluación, con el consiguiente nerviosismo, en un contexto desafiante que requiere ajustes finos que no parecen ser comprendidos por la mayoría de la dirigencia política”, advirtió un informe de VatNet Research.
En este punto, hay que estar atentos al crecimiento de la cantidad de billetes y monedas en poder del público, más los depósitos en cuentas a la vista, que son el principal componente de la Base Monetaria. Sucede que la plata que está en la calle, en los bolsillos de los consumidores, influye en el precio del dólar libre, que se transa en efectivo.
Inyectar pesos para incentivar el consumo no solo impulsará al dólar libre, también recalentará una inflación del 50% anual
La circulación de dinero creció un 136% en casi dos años de súper “cepo”, desde los $923.000 millones el 25 de octubre del 2019 a los $2,18 billones el pasado 30 de septiembre. Con el mismo ritmo de aumento, el dólar libre debería costar ahora unos $178, por lo tanto, a $185, está un poco sobre ese precio teórico si se toma en cuenta esta esta correlación.
De producirse una importante expansión monetaria hacia fin de año, de la mano de un mayor gasto público en el contexto electoral, es altamente probable una reacción alcista para el dólar libre y para aquellas cotizaciones bursátiles donde no hay intervención oficial, como el dólar implícito en acciones y ADR y en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) que se pacta entre agentes privados.
2 – Estrés de reservas
Una realidad que preocupa es que las semanas a transitar hasta las legislativas coinciden con el período más vulnerable para las reservas del Banco Central, hasta la liquidación de la cosecha fina, prevista para diciembre.
La entidad monetaria es vendedora neta de dólares, ante la demanda divisas para importaciones imprescindibles para el funcionamiento de la industria, cuando merman las exportaciones del agro. El problema es que restringir los dólares para importar pondría freno al despegue de la actividad en medio de la campaña.
Después de tres ruedas operativas de octubre, el BCRA acumula ventas netas por unos 205 millones de dólares. Hay que recordar que en el mes de septiembre se registraron ventas netas por USD 952 millones, en el primer registro negativo para la intervención oficial en el mercado desde octubre del año pasado.
Estimaciones privadas proyectan reservas brutas entre los USD 38.000 millones y los USD 39.000 millones para fin de año, un piso que ya tocaron en diciembre del 2020 y que sería el stock más bajo desde diciembre de 2016, cinco años atrás.
Los analistas también subrayan el deterioro de las reservas netas, es decir aquel remanente luego de descontados los préstamos (como el “swap” de monedas con China) o los depósitos privados.
Al contabilizar el oro, las reservas netas del BCRA alcanzan unos USD 4.750 millones, mientras que el stock estrictamente líquido y disponible para intervenir directamente en el mercado de contado sería inferior a los USD 2.000 millones y, por lo tanto, escaso para seguir hasta fin de año con el presente ritmo de ventas netas en la plaza mayorista.
El economista Gustavo Ber señaló que “continúan despertando preocupación entre los agentes económicos las ventas del BCRA, más allá de reconocer la estacionalidad y la etapa electoral. Ello se debe no sólo al descenso de las reservas netas, sino también a que dicha dinámica se combina con una acelerada expansión monetaria que potencia los riesgos, ya que al no resultar sustentable activa presiones en la ‘brecha’ que profundizan las distorsiones”.
3 – Se tensa la brecha cambiaria
Los analistas coinciden en que el duro cepo para mantener una suba gradual del tipo de cambio -e inferior a la inflación- quedará fijo hasta la votación de noviembre. Pero simultáneamente habrá mayor volatilidad para las cotizaciones libres y, por lo tanto, una mayor brecha.
Para evitar que la brecha cambiaria alcance el 100 por ciento, los analistas de Portfolio Personal Inversiones indicaron que “la autoridad monetaria sigue interviniendo en los dólares MEP y contado con liquidación vendiendo bonos contra pesos y recomprando esos bonos contra dólares, lo que al final del camino le hace perder reservas internacionales”.
“Según nuestras estimaciones, en septiembre el BCRA habría utilizado USD 457 millones para contener los dólares financieros y, en consecuencia, la brecha cambiaria. Al promediar USD 22 millones diarios, se erige como la mayor intervención desde que el BCRA emplea esta estrategia, superando los USD 18 millones de enero y los USD 16 millones de julio”, apuntaron desde Portfolio Personal.
“El apetito dolarizador producto de expectativas volátiles sigue impulsando los tipos de cambio alternativos y la brecha cambiaria, con drenaje de las reservas”, afirmó la consultora Delphos Investment.
4 – Lenta devaluación
Gracias al estricto control de capitales -que cumplió dos años de vigencia el 1 de septiembre- el Banco Central puede regular una devaluación gradual del peso y escindirla de la creciente inflación, gracias a una demanda privada reprimida por el efecto del “cepo”.
En cifras, “anclar” el dólar llevó al tipo de cambio real a su nivel más bajo en más de tres años, desde agosto de 2018, es decir a valores comparables a los de la crisis cambiaria que se desató entonces, cuando hubo que recurrir a un préstamo stand by del FMI para estabilizar al economía.
Anclar el dólar oficial a la par de una expansión de pesos empujará al alza de los dólares paralelos y la brecha cambiaria, cerca del riesgoso umbral del 100 por ciento
El Índice de Tipo de Cambio real Multilateral (ITCRM) que mide el BCRA descendió a los 108 puntos en la última semana. En 2021 retrocede 16 puntos, después de haber finalizado el año pasado en 124,8 puntos.
Al observar lo ocurrido en 2021, la inflación acumuló un 35%, mientras que el tipo de cambio oficial ascendió un 17,6%, es decir la mitad que la tasa del IPC que mide el INDEC, de $84,15 al cierre de 2020 hasta los $98,89 de este martes.
5 – Acercamiento con el FMI
Para serenar el ánimo de los agentes del mercado y disuadir a aquellos que tienen altas expectativas de devaluación, el Gobierno podría apelar a una señal de “ortodoxia” y apurar las instancias para acordar con el Fondo Monetario. Un pronto acuerdo despejaría las dudas en torno a los abultados vencimientos con el organismo en 2022.
“Revertir la actual tendencia declinante de las reservas requiere mayor anclaje de expectativas derivado de un acuerdo razonable con el FMI antes de fin de año que evite otro pago de capital de USD 1.880 millones, un nuevo ritmo de deslizamiento del tipo de cambio oficial que evite la apreciación y señales positivas para los complejos exportadores”, explicó Delphos Investment.
Para Marcos Wenztel, CEO de Puente, “el hecho más importante que se está descontando es que haya un acuerdo con el FMI, sobre todos si se traduce en crecimiento y estabilidad”. Si la negociación se postergara, aclaró, “tendría un impacto negativo en el precio de los activos argentinos. Pero el escenario base, implícito es que se logrará”.
En cambio, le restó importancia a las elecciones de noviembre: “Es mucho más relevante lo que ocurre con el FMI que las elecciones; el inversor quiere entender el acuerdo con el FMI”.
Juan Gasalla, Infobae.