En 2019 había sido condenado a 17 años de prisión por hechos ocurridos en Villaguay entre 1992 y 1997. Ahora, la Sala Penal del Superior Tribual de Justicia de esa provincia declaró por mayoría la prescripción de la acción penal.
La noticia cayó como una bomba. La Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Entre Ríos sobreseyó este viernes a Marcelino Moya, el cura que en 2019 fue condenado a 17 años de prisión por abusos a menores ocurridos en la localidad de Villaguay entre 1992 y 1997.
En 2019, la Justicia lo encontró culpable y lo condenó por “corrupción agravada de menores y abuso sexual simple agravado”. Pablo Huck, una de las víctimas –que hizo su residencia como médico en Córdoba- fue clave para ver a su abusador tras las rejas
Ahora, la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos resolvió por mayoría –dos votos a favor, uno en contra- hacer lugar a la impugnación extraordinaria interpuesta por el abogado defensor Rubén Darío Germanier contra la sentencia dictada el 14 de diciembre de 2020 por la Sala Nº II de la Cámara de Casación Penal de Concordia que ratificaba la condena contra Moya.
En consecuencia, el tribunal dejó sin efecto las decisiones adoptadas sobre el sacerdote que fue hallado culpable de los delitos de abuso sexual y corrupción de menores, pero que a partir de este viernes fue absuelto.
Córdoba. Pablo Huck dijo a La Voz que la sentencia en 2019 había sido reparadora (Pedro Castillo/Archivo).
«YO ESPERABA QUE ESTE DELINCUENTE ESTUVIESE POR FIN TRAS LAS REJAS PERO ESO NO SUCEDIÓ»
El villaguayense Pablo Huck, víctima y principal denunciante del cura Marcelino Moya, calificó de «sorpresa no agradable» la decisión del Superior Tribunal de Justicia de declarar la prescripción de la causa que se le seguía al sacerdote por «abuso sexual simple agravado y promoción de la corrupción agravada reiterada», ocurrida en Villaguay y Viale en la década de los 90.
«Estaba esperando que este delincuente, después de tanto tiempo, estuviese por fin tras las rejas. Esa era la noticia esperada pero no sucedió», dijo Huck en declaraciones publicadas este fin de semana en El Once.
Se lamentó además por «la comunidad de María Grande que es donde reside Moya, sobre todo por los niños y adolescentes», mientas «la noticia es que, en principio, se estaría dando lugar a la prescripción».
«Siempre se supo que estábamos en una contienda difícil, ni más ni menos que contra un integrante de la Iglesia Católica, lo que da cuenta del poderío que lo respalda. Los abogados me dejaron en claro que estas cosas iban podían suceder. Igual, esto ha sido una sorpresa«, recordó Huck.
«Seguiremos hasta las últimas consecuencias y la verdad va a decantar. Es cuestión de tener la resiliencia, la fuerza y la paciencia que se ha tenido hasta ahora y seguir apostando por lo mismo para que al menos este victimario sexual vaya a dónde tiene que estar, que es tras las rejas», advirtió.
Respecto a la postura de la jueza Claudia Mizawak, que se refirió en su fallo al «encubrimiento por parte de las autoridades eclesiásticas», Huck aseveró: «En todos los juicios ha quedado demostrado este accionar claramente deliberado de la Iglesia de encubrir y no colaborar con la justicia»
«Esta jueza recoge lo que se ha tenido en cuenta en instancias anteriores, además de tratados internacionales y derechos del niño. Esto de prescripción sí o no es una visión chiquitita y además es la forma en que algunos agentes de la justicia se escapan por la puerta de atrás a estas cuestiones que son sensibles», opinó el denunciante.
Los jueces que intervinieron en las fases previas «no dieron lugar a prescripción» porque consideraron aspectos como «el respeto del tiempo de las víctimas», entendió Huck, y sostuvo que existe «una cuestión filosófica y evolutiva de la sociedad que claramente no les ha llegado a todas las personas de la justicia».
Estimó además que «en algún momento esto va a ser claramente imprescriptible y va a haber víctimas que no tendrán que pasar por estas instancias; ojalá eso dé celeridad respecto de ciertos delitos, en este caso los sexuales».
«CONVIVIENDO CON ELLOS»
Pablo Huck sostuvo que los vecinos de María Grande deben considerar el riesgo de que «un delincuente sexual siga conviviendo con ellos» o que incluso que «les dé la eucaristía a algunos fieles en misa».
«Hay que tener eso presente y entendemos que Moya debe estar tras las rejas», remarcó.
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