Vecinos de la zona suroeste de la ciudad, más precisamente de calle Alberdi a la altura –detrás- de las oficinas de Enersa, hicieron llegar sus quejas a este medio por el total abandono de terrenos –privados-, donde la maleza, tal cual se observa en las imágenes que nos enviaron, llega a dimensiones muy peligrosas, dado que esto genera el acondicionamiento ideal para todo tipo de alimañas, incluso de boca de los propios vecinos, afirman que ratas, ranas, víboras son moneda corriente, además de la propagación de mosquitos que eso conlleva.
De acuerdo a lo que nos manifestaban, esta situación se viene repitiendo desde hace varios años, donde los reclamos a las autoridades de la ciudad se vuelven rutinarios e improductivos, dado la inoperancia de quienes debieran hacer cumplir las normas –básicas- de convivencia entre vecinos y no esperar a que éstos deban enfrentarse entre sí, por el no cumplimiento de los deberes –mínimos- como mantener sus terrenos –deshabitados- en condiciones “aceptables”, o al menos que no generen peligro hacia las viviendas lindantes habitadas, donde como siempre los más expuestos a esos peligros son los niños.
Por un lado, se gastan fortunas de fondos públicos –generados por los impuestos- en campañas de prevención contra el dengue año a año, y no se realiza un control exhaustivo de todos los sitios y terrenos en los distintos puntos de la ciudad –este es un claro ejemplo-, donde estos problemas se “incuban”, lo cual generaría atacar el problema de raíz, mejorando así la calidad de vida de los vecinos.