La aparición de las cianobacterias ya es un tema de Estado en la República Oriental del Uruguay. Su impacto en el turismo podría generar pérdidas millonarias para el país. La Facultad de Química, la Intendencia de Montevideo y la Dirección Nacional de Medio Ambiente empezaron a dar charlas y a tomar acciones para concientizar, pronosticar y, por qué no, eliminarlas.
¿Cómo se producen? ¿Quién es el culpable? ¿Qué hace el gobierno? Estas son las preguntas que científicos uruguayos intentaron responder en una jornada a la que asistieron más de un centenar de estudiantes y curiosos la semana pasada.
El efecto de los embalses
«Crecen en lugares donde el agua se mantiene relativamente estancada; ya sea en lagos o embalses», comenzó diciendo Luis Abriot, investigador de la sección Limnología de la Facultad de Ciencias y un estudioso del fenómeno en los últimos años. Según un estudio divulgado este año en la revista del LSTU, titulado Floración excepcional de cianobacterias tóxicas en la costa de Uruguay verano 2019, se han construido 70 embalses cuya agua enriquecida en nutrientes es retenida y que generan grandes volúmenes de estos componentes.
Así se produjo en el verano de 2019 una invasión colosal de estas sustancias cuyo contacto con el cuerpo humano puede provocar distintas afecciones. En esa misma investigación se asegura que las cianobacterias llegaron a extenderse por 500 kilómetros, desde Carmelo hasta la costa de Rocha. Un registro más abarcativo muestra que ocuparon más de 100 mil canchas de fútbol en el Río de la Plata. Es el equivalente a 1.203 kilómetros cuadrados, según fotos satelitales registradas por un equipo de científicos uruguayos liderados por Abriot.
“La bomba de las precipitaciones”
«Uno de los grandes problemas que favoreció este fenómeno fue la bomba de precipitaciones en el río Uruguay, con acumulados de 600 milímetros en un mes», comentó el experto.
Jimena Risso, directora de la Unidad de Calidad de Agua de la Intendencia de Montevideo, coincide con Abriot y agrega: «Cuando el caudal del río Uruguay explota de golpe, las cianobacterias que flotan en el embalse de Salto Grande pasan por arriba de la represa. Y empiezan a llegar hasta acá. Y alguna cianobacteria que está en zonas quietas también es arrastrada. Cuando el caudal del río Uruguay no aumenta drásticamente, eso no sucede», comentó.
Risso cree que el fenómeno (del que se tiene registros desde los años 2000 en la capital uruguaya) impactó el año pasado en mayor medida porque se produjo de manera «más comprimida» en el tiempo, además de que se dio una mayor difusión por parte de los medios masivos de comunicación y redes sociales. Se agregó que hubo dos olas de calor en las que la gente «tenía la necesidad de ir a la playa» y no podía.
Qué hace el gobierno
La Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) está al tanto del fenómeno y definió tres grandes metas para atenderlo: prevención, previsión y mitigación.
El foco principal está centrado en cómo se genera la eutrofización. Es decir, el aumento «de la concentración de nutrientes en los cuerpos de agua que lleva a que el sistema acuático sea cada vez más productivo», explica Lizet de León, de la Dirección Nacional de Medio Ambiente. En este caso, ser más productivo lo hace menos diverso.
Agrandar imagenDe León explicó que el aumento de la actividad agropecuaria se traduce en una disminución del ecosistema. Para dar a entender su dimensión utilizó el ejemplo de la feria: «Si uno va a la feria, puede elegir en un montón de puestos que venden un montón de verduras y alimentos. Si un día vas a la feria y encontrás una enorme cantidad de acelga, y no te gusta la acelga, el sistema se vuelve muy productivo pero poco útil, porque los organismos a los que no les gusta la acelga se van a ir o van a morir».
En el promedio del país, el 80% de los nutrientes que llegan a los cursos de agua tienen origen difuso, comentó De León. Esto significa que permiten la eutrofización y, en definitiva, que las cianobacterias lleguen a las costas.
Los nutrientes que se encontraron en las aguas fueron el nitrógeno y el fósforo provenientes de actividades humanas (efluentes cloacales e industriales y agroquímicos).
Según De León, la Dinama está trabajando con el Ministerio de Ganadería, con asociaciones rurales, y con el Instituto de Investigación Agropecuaria (INIA) en «cambiar la manera de trabajar la tierra» para reducir este aporte.
Una de las formas es poner barreras físicas que frenen el ingreso de los nutrientes a los cursos de agua y cambiar ciertos hábitos productivos. Por ejemplo, que algunos animales dejen de pisotear cursos de agua y utilicen otros procesos de hidratación. Esto evita «que el animal esté defecando en el curso de agua y genere nutrientes que contribuyen a enriquecer la eutrofización del cuerpo del agua».
Aunque la producción agropecuaria se intensificó en los últimos años, es una problemática que viene de hace «varias décadas», según el estudio Cianobacterias y cianotoxinas en ecosistemas límnicos de Uruguay divulgado en 2015, que ya advertía del problema. «La solución se daría con una sustitución del modelo productivo con cuidados ambientales sustentable”, comentó Abriot.
Trabajan en cómo pronosticarlo
Hoy Montevideo cuenta con guardavidas capacitados que hacen un análisis periódico del agua y, si detectan floraciones, hacen ondear una bandera sanitaria que informa que el agua no se encuentra apta para baños.
Sin embargo, esa forma de prever la llegada de las cianobacterias no es suficiente. De hecho, la intención es que el ciudadano sepa con 24 horas de antelación si podrá ir a la playa. La Intendencia de Montevideo trabaja en dos proyectos que permitirán anticipar condiciones riesgosas, ya sea por aparición de cianobacterias o por contaminación de coliformes fecales.
Jimena Risso dijo a Cromo que están cerca de finalizar el proyecto y que le pedirán a la Agencia de Investigación e Innovación (ANII) -que lo está financiando- que les dé prórroga hasta abril para precisar la forma de pronosticarlo. No obstante, esta temporada probarán el funcionamiento de las fotos satelitales para predecir el estado de las costas montevideanas.
«Está todo probándose. Tomó mucha relevancia el año pasado por la alta concentración. A partir de eso se pusieron en marcha varios proyectos”, comentó.
No tan fácil de decir: «Las mato y listo»
Han surgido métodos químicos, físicos y hasta biológicos para eliminar la floración de los cuerpos de agua. Pero eliminarlas «no es tan sencillo», asegura Dinama.
¿Por qué? Porque cuando se mata esa cantidad de biomasa, se convierte en una fuente de nutrientes y podría generar un efecto contraproducente. «No es tan fácil: ‘Las mato y listo’. Según la sustancia con las que se las combata también pueden quedar otras, y terminar resultando tóxicas», agregó De León.
Actualmente, la Dinama experimenta con la mitigación en ambientes cerrados que no afectan los cursos de agua. «Hay un equipo multisectorial que está trabajando en esas propuestas», dijo.
Debido a la dinámica de las corrientes y a las dimensiones del Río de la Plata, para la Intendencia de Montevideo es «imposible» hacer un tratamiento para eliminar las cianobacterias una vez que llegaron a las playas de la capital, aclaró Risso.
En tanto, la Facultad de Ciencias, de la mano de Abriot, también está experimentando con cloruro férrico, un producto que podría capturar fósforo, uno de los culpables de la aparición de las cianobacterias. Por ahora se trabaja dentro del laboratorio y no en las zonas afectadas. «Está pensado para escalas de pequeños ambientes (…) No está orientado a mitigar el fenómeno en grandes superficies, sino en lagos o sistemas más pequeños», comentó.
¿Pronóstico para el verano?
La floración este año va a depender de cuánta agua caiga en la región. «Es como tener la bola de cristal» comentó Risso.
Según la experta de la comuna, está previsto que el fenómeno de El Niño sea neutro, es decir, que puede que se den un poco más de precipitaciones. «Algo va a venir, aunque esperamos que sea menos que el año pasado», agregó.
En el análisis de tendencias climáticas que realiza el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) para noviembre, diciembre y enero «se esperan precipitaciones por encima de lo normal».
El limnólogo Abriot considera que este análisis de Inumet es un «primer escenario de alerta», pero que deben esperarse más detalles sobre cuánta agua podría caer y en dónde para dar información más detallada sobre el fenómeno.
Además de la predicción de precipitaciones, Abriot asegura que deben considerarse las condiciones de los embalses (que pueden monitorearse vía satélite para conocer la carga potencial a la hora de descargar cianobacterias).
Evolución de floración de cianobacterias
La Intendencia de Montevideo realiza todos los años un análisis de cuánta floración hubo en la temporada estival. Lo hace basándose en muestreos. Esta es la evolución histórica de la presencia de cianobacterias en las playas de Montevideo en el período 2000-2019 (en el verano 2015-2016 se detectaron mayor cantidad):
El Observador de Montevideo