La menor tenía 13 años y por el hecho fue condenada Mirta Cháves. La madre murió sin saber qué le pasó a la hija.

Una de las deudas pendientes de la democracia y del Estado entrerriano es la falta de respuestas a la desaparición de Fernanda Aguirre. La adolescente de 13 años que 15 años atrás era secuestrada en San Benito, por Miguel Lencina.

Este jueves se cumple un nuevo aniversario del penoso suceso que enlutó a San Benito.

Fernanda, ese domingo 25 de julio de 2004 en horas de la tarde, salió de su casa hacia el puesto de flores de sus padres, y se entiende desde la Justicia, fue interceptada por el apodado El Chacal (hermano de Claudio Lencina), quien la llevó por la fuerza hacia un descampado, y tras ultrajarla sexualmente la hizo desaparecer.

De ese hecho habría participado su sobrino, quien era menor de edad, y tal vez fue la última persona que vio con vida a Fernanda Aguirre. Sin embargo en el juicio, dijo no saber nada. Dio la sensación que mintió descaradamante.

El juez Héctor Toloy dirigió la causa judicial, y en el arranque intentó que sea investigada por la Justicia Federal. Se perdió muchísimo tiempo, hasta que la Corte Suprema de Justicia ordenó que el juez de Paraná sea el responsable de la pesquisa.

Se hicieron innumerables allanamientos, rastrillajes, aparecieron numerosas pistas falsas, y María Inés Cabrol, la madre de Fernanda con un puñado de vecinos de San Benito mantuvo firme el reclamo de Justicia.

El tiempo pasó, Lencina -según la justicia- se ahorcó en la comisaría quinta de Paraná, y su pareja Mirta Cháves fue condenada a 17 año de cárcel por la coautoría del secuestro y desaparición. En la causa fue absuelto el primo de Lencina, Raúl Monzón.

La Policía de Entre Ríos y la Justicia no pudieron aclarar el grave hecho, y en medio de intrigas, situaciones confusas con autoridades la causa finalmente no avanzó nunca más.

Se la buscó por todos lados en la Argentina, incluso en países vecinos. Nunca se pudo comprobar la idea que fue secuestrada y entregada a una organización de Trata de Personas que la sacó de Paraná.

Si bien es doloroso, la hipótesis más fuerte que se dejó entrever en la pesquisa, es que Lencina la asesinó y la hizo desaparecer. ¿Dónde?. Se especuló que el cuerpo fue arrojado a los hornos de ladrillos de la zona este de Paraná o bien que fue enterrado en algún pozo de las inmediaciones de San Benito. Nunca se pudo aclarar la desaparición de Fernanda dejando en la familia y la comunidad el trago amargo de la impunidad e injusticia.

María Inés enferma por todo el dolor que le significó el secuestro de la hija, lamentablemente falleció el 11 de mayo de 2010. Tenía 45 años y no pudo más frente a una penosa enfermedad. Esa mujer le reclamó al poder político, judicial, institucional una respuesta y lo único que recibió fueron promesas y falsas expectativas.

Las hermanas de Fernanda; su padre, Julio y otros familiares intentaron llevar el reclamo, el tiempo pasó y lo único que queda de la menor de San Benito, es su recuerdo.

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