Al llegar a su casa en moto, con su pequeña hija de 8 años, se le acercó un delincuente y la amenazó con un arma de fuego. El sujeto se llevó una mochila con dinero y pertenencias. También le robó la moto, pero luego fue recuperada. Ocurrió en Concordia.
A través de las redes sociales, Romina Guglielmone hizo público el mal momento que le tocó vivir cuando al llegar a su casa en moto, con su pequeña hija de 8 años, se le acercó un delincuente y sin mediar palabras le apoyó el frío caño de un arma de fuego en su abdomen y le sacó una mochila con dinero y pertenencias y como si eso fuera poco también le llevó su medio de movilidad, para luego darse a la fuga. El delincuente sería un conocido personaje del barrio Sapito y el ciclomotor pudo ser recuperado por la Policía de Concordia.
La joven ya había sido víctima de un hecho delictivo, cuando le robaron otra moto en la puerta de su trabajo. En esta oportunidad, Romina comentó: «Ayer fue un día horrible para mí, me asaltaron en la puerta de mi casa, a las 18:30 a plena luz del día, me robaron mi moto, la cual uso para poder ir a trabajar y para poder llevar a mi hija a la escuela. Me robaron toda mi documentación y la de mi nena, el dinero que yo me gané laburando y con el que iba a comprar los uniformes para la escuela de mi hija», expresó la indignada mujer en diálogo con ElSol.
Asimismo, agregó que «no solo se llevaron mis pertenencias, me golpearon y me metieron un arma de fuego en mi abdomen delante de mi hija. Tengo que agradecer que no me mataron, ni a mi hija que salió corriendo y se metió en la casa -señaló y se preguntó: ¿Qué está pasando, todo es tan natural, qué tenemos que agradecer, estar vivos, para quiénes son las leyes?, insistió».
Romina volvió a mencionar: «basta, yo quiero mis derechos porque yo no lastimo a nadie, porque yo laburo para poder tener mis cosas y pagar la educación de mi hija. No es justo tener miedo de salir de tu propia casa para ir a trabajar, no es justo no querer volver a comprarte un vehículo para no volver a pasar por lo mismo».
Finalmente Guglielmone reconoció el trabajo de los uniformados: «Quiero agradecer a todos los policías de la Comisaría Segunda, sé lo mucho que se están moviendo para ayudarme pero también sé que no todo depende de ellos. Dejemos trabajar a los que quieren hacer las cosas bien. Los derechos son nuestros, no de estas personas que solo nos hacen daño», concluyó. (El Sol)