Ezequiel Martínez no pudo escapar esta vez de un hecho que se originó hace 6 años en una vivienda en el Camino de la Costa. Ese día sometió a una joven que tenía 27 años a una terrible golpiza y a un abuso sexual que recién esta semana tuvo justicia.
“Parece que la única alternativa que existe es que te tienen que matar a golpes”, fue lo que dijo la víctima a la salida de los Tribunales de Gualeguaychú en mayo de 2014, cuando tuvo que escuchar el fallo al que había arribado el tribunal presidido por Alicia Vivian.
Su ex novio, Ezequiel Martínez, había salido favorecido por el delito que se le imputaba: “Abuso sexual agravado por acceso carnal, en concurso real con lesiones leves”. En esa oportunidad el Tribunal consideró que la investigación de la causa había sido deficiente y por lo tanto no estuvo acreditada la materialidad del ilícito que se le reprochó a Ezequiel Martínez; y por ello sólo recibió una condena de tres meses de prisión condicional por el delito de lesiones leves y se lo absolvió por abuso.
La terrible historia
El 6 de febrero de 2012, esta joven tenía 27 años cuando denunció a su ex pareja en la Comisaría Tercera por haber sido forzada a mantener relaciones sexuales contra su voluntad y ser víctima de una terrible paliza que la obligó a permanecer cinco días internada en el Hospital Centenario.
El caso tomó estado público a raíz de una campaña que realizaron las hermanas de la joven a través de Facebook. Organizaron una marcha por las calles céntricas de la ciudad que finalizó en Tribunales, y contó con la presencia de la víctima, que se entrevistó por primera vez con el ex Juez de Instrucción que tenía la causa, Sergio Carboni.
A Martínez se lo trató de ubicar en los lugares que frecuentaba pero fue imposible. El jueves 1 de marzo, Ezequiel Martínez se presentó espontáneamente en los Tribunales acompañado de su abogado y su madre, y quedó detenido en la Jefatura de Policía. Al día siguiente fue indagado y diez días después, luego de tomar una serie de testimoniales, se determinó su procesamiento. El haberse entregado en forma espontánea sirvió como atenuante para ser beneficiado con la excarcelación hasta el inicio del juicio.
Justicia imperfecta
Ese juicio llegó dos años después y no dejó conforme a la víctima. “No esperaba que ocurriera esto, él desvirtuó todo y el Tribunal le creyó, y yo quedé como una persona que avalaba una relación enfermiza”, manifestó la víctima, que tildó la actuación judicial como “vergonzosa”.
La joven es una mujer muy reservada, y tuvo que dejar de lado reserva para relatar todo lo que padeció. Los detalles que salieron a la luz, cualquier otra mujer hubiera preferido guardarlos en el rincón más profundo de su alma por vergüenza, pero ella confió en la Justicia y siguió adelante, hasta que se chocó contra una pared. “Estoy tranquila porque se quién soy yo y las personas que me conocen también lo saben, pero me da bronca que al fin de cuentas tuve que contar todo lo que pasó, detalle por detalle y ¿de qué me sirvió? de que él y sus amigos se me caguen de risa”.
La Justicia es lenta pero al final siempre llega. Su abogado Fabián Otarán y el Ministerio Público Fiscal recurrieron a Casación y el órgano de alzada decidió a mediados de 2015 la anulación de la sentencia y la realización de un nuevo debate con otros jueces.
El punto final
Ese juicio se desarrolló el lunes 26 y martes 27 de febrero pasado. En dos audiencias se repasó todo lo actuado y volvieron a escuchar las testimoniales que figuraban en la causa tramitada bajo el anterior sistema de Justicia. El lunes 5 de marzo se escuchó el adelanto de veredicto de los jueces Carolina López Berniz, Cristina Van Dembrouke y Mario Figueroa, que resolvieron condenar a 6 años y 6 meses a Ezequiel Martínez por los delitos de “Abuso sexual y lesiones leves”.
El abogado defensor, Pablo Di Lollo, adelantó que esperará conocer los fundamentos de la sentencia, que se darán a conocer el próximo lunes y luego de ello es muy posible que recurra a Casación. Por lo tanto, Martínez continuará en libertad hasta que la sentencia adquiera firmeza o se resuelva un nuevo dictamen.
El querellante Otarán indicó: “el fallo reconcilia a la justicia con la sociedad y el sentido común. La primera respuesta del Poder Judicial fue humillante para mi clienta y con valoraciones pre-diluvianas sobre los derechos de la mujer. Fueron seis años muy duros los que tuvimos que pasar para revertir la situación y lograr esta justa condena”. (El Día)