Octavio Ifrán se disponía a ingresar a la cancha con su hermano Daniel Ifrán, sobre quien pesa una orden de detención por amenazar de muerte a su exmujer. Fuentes del caso afirman que “el jefe carcelario se presentó, saludó a los policías que controlaban el ingreso e intentó convencerlos de que su hermano ya había resuelto sus cuentas con la Justicia”, pero no lo logró.
Después del caso de la niña de 11 años “violada cada vez que iba a visitar a su padre a la cárcel de Paraná” por otro preso, un condenado a 16 años de prisión por abusos sexuales que era novio de la madre de la menor, el gobierno provincial ordenó el desplazamiento del director de la Unidad Penal Nº 1, Cristian Burgos, quien había concedido un permiso especial a la mujer (que según la investigación consintió las violaciones) para ingresar con sus tres hijos menores a la Unidad Penal.
Quien reemplazó a Burgos fue Octavio Ifrán «quien prometía ser una garantía contra estos delitos de género, y ahora aparece involucrado en una gravísima denuncia a la que accedió NOTICIAUNO y que fue publicada en un diario de tirada nacional.
El día del partido que disputaron en Paraná Patronato y Boca por la sexta fecha de la Super Liga de fútbol, como ocurre en todos los encuentros, veedores del programa “Tribuna Segura”, que dirige Guillermo Madero en el Ministerio de Seguridad de la Nación, estuvo en Entre Ríos para controlar al público que ingresaba a la cancha.
Al chequear los documentos de la gente, los veedores del programa “Tribuna Segura” se encontraron con tres prófugos de la Justicia. Uno de ellos era Daniel Ifrán, hermano del jefe penitenciario de la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, buscado desde hace dos años por la Justicia por un caso de violencia de género.
Según la causa judicial, el 14 de marzo de 2015 Daniel Ifrán (hermano del jefe de la cárcel de Paraná) le había escrito un mensaje a su ex esposa: “No hagás que se me salte la chaveta y vaya y te saque a vos y al que esté en casa”. El 2 de mayo, de acuerdo al expediente, había ido al negocio donde trabajaba la mujer, la había golpeado, la había tirado contra el mostrador y le había provocado todo tipo de heridas. Luego había llamado a su hijo y le había dicho: “Tu mamá me las vas a pagar”. También le había advertido que andaba armado.
El 7 de mayo la Justicia le había impuesto una orden de restricción que poco le importó: le había ordenado a la víctima que retirara las denuncias porque “la iba a matar”.
Esto había generado una orden de detención que se hizo efectiva cuando entraba a la cancha a ver Patronato-Boca, es decir, dos años después de estar prófugo en la provincia de Entre Ríos.
Pero ese no es el dato más llamativo y alarmante. Al momento de su detención en el ingreso a la cancha, el prófugo estaba acompañado por el propio jefe carcelario, Octavio Ifrán, su hermano.
Según afirma Clarín, fuentes del caso indicaron que “el titular de la Unidad Penal Nº 1 se presentó, saludó a los policías presentes e intentó convencerlos de que su hermano ya había resuelto sus cuentas con la Justicia”. Sin embargo, eso no es lo que consta en la causa judicial.
Fuente: Noticiauno