Revelan el incremento de la inasistencia estudiantil en los establecimientos educativos de Concepción del Uruguay.
Según un informe de Unicef, medio millón de jóvenes argentinos está fuera de la escuela y solo el 45% logra terminar sus estudios secundarios. La desigualdad social, la pobreza y la falta de políticas educativas relevantes son algunos de los escollos que afrontan los más jóvenes. La deserción escolar es uno de los principales desafíos que enfrenta la educación, principalmente en el nivel secundario, donde las luces de alarma están encendidas constantemente.
Ante este panorama dialogamos con Ana María Díaz, Directora Departamental de Escuelas de Uruguay quien manifestó: “estos días nos concentramos en diferentes reuniones con establecimientos educativos, entre ellos la Escuela Normal, por el tema de la inasistencia puntualmente.
Hasta el momento los Directivos no nos han hablado de parámetros altos de deserción si de inasistencia y pase de establecimientos como es por ejemplo de escuelas técnicas que piden el traslado a otras donde es más corto el recorrido. No tenemos datos de abandono ya que con anticipación trabajamos ante la inasistencia del alumno y actuamos en base al protocolo vigente, atendiendo a que la educación es un derecho del alumno pero es una obligación de los padres. Entonces, en aquellos casos en los que hay inasistencia reiterada ni en el nivel primario, ni en el nivel secundario la escuela se puede cruzar de brazos y cuando no sabemos puntualmente lo que le pasa a los chicos le damos intervención al Copnaf”.
El trasfondo del problema
El informe a nivel nacional remarca que el abandono escolar “está fuertemente relacionado con la inserción temprana en el mercado de trabajo, sobre todo entre los varones, y el embarazo entre las mujeres”. El 15% de los nacimientos en Argentina son de embarazos adolescentes: seis de cada diez no son planificados y uno de cada diez mujeres abandona la secundaria por tal motivo.
La desigualdad también se manifiesta en al acceso a la protección social. Si bien la Asignación Universal por Hijo alcanzó a un millón de adolescentes entre 12 y 17 años, a partir de los 13 años los niveles de cobertura tienden a descender y esto se acentúa en la población de 16 y 17 años.
En esta línea la Directora Departamental opinó: “en el nivel primario las inasistencias actualmente no son tan altas como en el nivel secundario. En el primario están relacionadas a causales mínimas como la intrasitabilidad en caminos rurales o cuestiones de esa índole. Ahora, en el nivel secundario el panorama es otro y es un tema preocupante porque parece que ni al alumno ni a la familia les preocupa la falta a clase del estudiante, lo que hace que a la larga este chico no pueda tener los contenidos mínimos y se lleven las materias para terminar en repitencias. En este último caso lamentablemente muchos alumnos compiten también con el trabajo. En muchas zonas del Departamento, el joven está entre elegir ir al trabajo o a la escuela y la misma familia opta para que ese alumno sea también una fuente de ingresos económicos en su casa. Son éstas las cuestiones que hoy estamos viendo lamentablemente y son muy difíciles de enfrentar porque si del otro lado tenemos una situación económica adversa, como hay en estos momentos, cada vez se hace más fuerte la ausencia del alumno en las aulas”.
A pesar del oscuro panorama, el informe destaca dos puntos positivos del sistema educativo que permitirían mejorarlo., por ejemplo, el crecimiento de la matrícula en el jardín de infantes es muy importante, y eso a la larga redunda en mejores resultados educativos, siendo clave en la trayectoria educativa de los chicos. Segundo, las encuestas docentes revelan que la gran mayoría de los docentes volvería a elegir su profesión, y eso no es un dato menor. (La calle)
