Una especialista en toxicología brindó una serie de recomendaciones ante casos de envenenamiento por ataque de yarará para evitar inconvenientes que podrían agravar el cuadro.
Por este escenario de crecida de los ríos que se mantendrán algunos días más, la médica especialista en toxicología y responsable del Centro de Intoxicaciones de Entre Ríos, Analía Corujo, brindó una serie de recomendaciones ante casos de envenenamiento por ataque de yarará para evitar inconvenientes que podrían agravar el cuadro.
En primer lugar, la especialista hizo hincapié en el desmalezado del perímetro del domicilio, «y si tienen que salir a campo, que lo hagan con ropa adecuada: bota de caña alta y pantalones largos. Asimismo, si deben trasladar niños extremen los cuidados en las superficies que recorren, en este sentido son muy útiles los perros centinelas porque advierten la presencia de estas especies».
«Queremos hacer hincapié en lo que está contraindicado, si bien los cuidados son los mismos para todos, nos solemos encontrar con remedios caseros o medidas populares que no hacen más que agravar el cuadro», entre éstos refirió el torniquete, «porque los envenenamientos son sistémicos, es decir que difunden muy rápido y en cuatro o cinco segundos el veneno ya está en todo el organismo. Al hacer un torniquete no solamente que no detenemos el paso del veneno sino que además asfixiamos el tejido y empeora el cuadro».
Lo mismo ocurre con las incisiones, «eso de hacer una cruz e intentar succionar el veneno tampoco es efectivo, hay otras formas de neutralizarlo. Por eso también está contraindicado los emplastos o kerosene porque ensucian la zona».
Sobre el final dijo que el hielo no está indicado en los protocolos pero tampoco presenta efectos negativos, «es anestésico, sí hay que tener cuidado de no generar una quemadura por frío en lugares sensibles. Y siempre tranquilizar a la persona, abrigarla si tuvo en descenso de presión, inmovilizar el miembro para que no circule más rápido el veneno, y trasladarla lo más rápido a un centro asistencial, tranquilos porque hay tiempo no es como en las películas, además si quiere venir tomando líquido eso ayudará, tenemos doce horas para atender una mordedura».
Puntualmente con las víboras, la entrevistada manifestó que la tendencia no es atacar sino a huir, «por ende debemos evitar acercarnos a ellas para no provocar este contacto, y si se produce no extralimitarse y mantener la calma, porque hay tiempo para hacer bien las cosas.
Para aplicar el anti-veneno se realiza una evaluación del cuadro, desde el lugar donde se produjo la mordida -cerca de la cabeza es más riesgoso- hasta análisis para luego proceder a medicar a la persona.
Según comentó, en el hospital Salaberry de Victoria, donde Corujo llevó a cabo la disertación, cuentan con anti-veneno y están preparados para atender los casos leves y moderados. «Los severos, es decir cuando la persona tiene shock sistémico, está hipotensa, presenta taquicardia, o edemas importantes, son los únicos que deben derivar a Paraná. Estadísticamente debemos aclarar que son los menos, también porque cerca del 70% de los ataques es en miembros inferiores».
La tasa de mortalidad, sin tratamiento, se calcula en menos del 10% y con la asistencia médica se reduce al 1%. Ante este desarrollo se le consultó a la profesional si había cambiado el indicador de casos por tantos días de creciente tanto en la Costa del Uruguay como del Paraná: «no tanto como pensábamos, sí debemos no puedo precisarles el número, debemos remarcar que hay durante todo el año, y las víboras están más activas durante el verano».
La disertación de Corujo se realizó en el SUM del Hospital Salaberry, donde profesionales de la Dirección de Epidemiología de la provincia brindaron una capacitación al personal de distintas reparticiones públicas que trabajan en zonas de posible incidencia de serpientes, principalmente de la especie conocida como Yarará. También se dieron pautas de trabajo en relación al control de ratones portadores de hantavirus. (Paralelo32)