Entre ellas figuran sarpullidos, urticaria y pseudosabañones; se trata de reacciones inflamatorias e inmunitarias que aparecen con mayor frecuencia entre quienes tienen alergias preexistentes.
A un año y medio de comenzada la pandemia de Covid-19, los síntomas más comunes de la enfermedad son como un mantra que la mayoría conocemos de memoria: dolor de cabeza, fiebre, tos, pérdida del olfato, dolor muscular, dificultades para respirar. Además, a medida que se fueron multiplicando las personas recuperadas, aprendimos que el virus puede dejar secuelas como fatiga, pérdida de concentración, niebla mental e incluso depresión o ansiedad.
Pero, en un buen número de casos, también suele verse afectado un órgano habitualmente no asociado con el coronavirus. Se trata del órgano más grande del cuerpo humano: la piel. Según ilustran dermatólogos e infectólogos, las lesiones cutáneas pueden aparecen tanto durante como después de transitar la enfermedad. Son reacciones inflamatorias e inmunitarias del organismo y aparecen con mayor frecuencia entre quienes tienen alergias preexistentes.
“Hay aproximadamente un 25% de pacientes que tienen manifestaciones en la piel por haber tenido Covid o estar cursando Covid. Pueden ser simples sarpullidos, reacciones como urticaria y, sobre todo pseudosabañones”, explica la médica dermatóloga Laura Szafirstein, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y de la American Academy of Dermatology (AAD).
No se trata de los típicos sabañones provocados por la exposición de la piel al frío, “sino que se producen como resultado de las microtrombosis que genera la infección viral del Covid, y por eso, aunque tienen el aspecto de sabañones, en realidad son pseudosabañones”, agrega la dermatóloga. La pérdida de pelo es otra secuela habitual, aunque “no se produce inmediatamente, sino unos días después y puede tardar bastante en reponerse”.
Indicadores
Según la infectóloga Leda Guzzi, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), las lesiones en la piel por coronavirus son particularmente frecuentes entre los niños. Por eso, ante lesiones cutáneas de origen desconocido, la recomendación es la misma que con otros síntomas más habituales: “Sospechar Covid y realizar la PCR o el test de antígenos para confirmar o descartar el caso”.
“Lo más común es el eritema pernio en dedos y pies (sabañones), pero también pueden presentarse exantemas maculopapulares (pequeñas manchas rojas sobreelevadas), especialmente en zonas de pliegues que tienden a la confluencia”, señala Guzzi.
Exactamente eso le pasó a Luciana, una joven de 21 años, estudiante de Psicología. Se contagió el coronavirus de su padre a mediados de abril y durante toda la enfermedad permaneció aislada en su casa sin otros síntomas que la pérdida del olfato y del gusto. Pero durante la madrugada del domingo último, justo un día antes de recibir el alta, descubrió un doloroso sarpullido en sus codos y rodillas.
“Yo suelo tener alguna cosita en la piel por alergia o estrés, pero esta vez las manchas eran muy distintas y mucho más grandes. El dolor y la picazón eran horribles”, afirma Luciana. Cuenta también que no asociaba ese síntoma al coronavirus: “No me imaginé jamás que podía ser por Covid. No es una de las señales que ves en los carteles de publicidad”. Por eso, cuando unas horas más tarde tuvo otra erupción alrededor de los ojos y de la boca, se asustó mucho y fue de inmediato a una guardia.
En el hospital le aplicaron dos inyecciones para bajar la inflamación, le recetaron medicamentos y le explicaron que, efectivamente, era muy probable que se tratara de una manifestación de la enfermedad. “El médico primero pensó que podía ser una reacción a algún medicamento, pero yo no había tomado nada y después de examinarme bien me dijo que ya habían visto ese síntoma en varios otros pacientes”, relata la joven.
“Lo que sucede es que el Covid provoca reacciones inflamatorias, de inmunidad, que exacerban los cuadros alérgicos de algunas personas –explica Szafirstein-. Los alérgicos pueden exagerar reacciones alérgicas después de haber tenido la enfermedad. A todo esto se lo llama síndrome pos-Covid. Y puede durar un tiempo”.
Estas reacciones aparecen incluso en pacientes sin otros síntomas. En 2020, ante la ausencia de test, eran una señal más para sospechar la enfermedad, recuerda la especialista: “El año pasado teníamos muchas dificultades con los diagnósticos porque no había tantos recursos y aparecían muchos pacientes con reacciones en la piel que nos indicaban que había tenido o estaba cursando Covid”.
«El año pasado teníamos muchas dificultades con los diagnósticos y aparecían muchos pacientes con reacciones en la piel que nos indicaban que había tenido o estaba cursando Covid»
Una investigación realizada en julio de 2020 por científicos del King’s College de Londres valida las palabras de Szafirstein. Después de analizar los datos de 336.000 personas, descubrieron que el 17% de quienes se enfermaron de Covid-19, informaron una erupción como el primer síntoma. Además, para una de cada cinco personas que informaron una erupción y se confirmó que estaban infectadas, esa lesión fue su único síntoma.
Base genética y diferencia regional
Patricia Della Giovanna, médica dermatóloga y miembro de la SAD, indica que los factores genéticos juegan un rol fundamental en el desarrollo de las lesiones en la piel, tomando en cuenta las diferencias que se observan en distintas regiones geográficas. De hecho, la SAD actualmente desarrolla un estudio para entender la prevalencia de las lesiones cutáneas relacionadas con el coronavirus en la población argentina.
Della Giovanna puntualiza que, en general, después de cursada la enfermedad no quedan secuelas en la piel, “salvo las formas livedo reticularis que, si bien son las menos frecuentes y están asociadas a personas mayores, pueden tener más complicaciones”.
En el caso de Luciana, al día siguiente de recibir atención médica, los sarpullidos más grandes desaparecieron de su rostro. Y hoy, tres días después y de alta, ya no tiene manchas ni en las rodillas ni en los codos, solamente unas pocas en los muslos: “El médico me dijo que podían durar un tiempo más, hasta que terminara de tomar las pastillas que me dio”.
La Nación