Gualeguaychú: Prendieron fuego la casa de los hermanos de Daniel, el joven asesinado el pasado mes

El siniestro ocurrió durante la madrugada del miércoles, cuando los Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú recibieron la llamada de emergencia. La madre del hombre asesinado denunció que fue a propósito y que lo hicieron para callar el pedido de Justicia.

El miércoles por la madrugada, apenas pasadas la una de la madrugada, los Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú recibieron un llamado de emergencia mediante el cual le anunciaban sobre un siniestro en el barrio Sudamérica.

Al llegar, notaron que una precaria vivienda estaba envuelta en llamas, por lo cual debieron comenzar a trabajar con destreza y rapidez.

La casa que se estaba prendiendo fuego está situada en calle Misiones al fondo, en Gualeguaychú.

Luego de actuar en el lugar con dos dotaciones, pudieron apagar las llamas, y aunque ninguna persona resultó herida, las pérdidas materiales fueron totales. El que sí perdió la vida fue el perro que vivía en el lugar.

Sin embargo, durante la jornada del miércoles, se supo que la vivienda quemada era propiedad de dos hermanos de Daniel Giménez, el joven de 36 años que fue apuñalado el 6 de diciembre pasado y que falleció 20 días más tarde en el Hospital Centenario tras una larga agonía.

“Me mataron a mi hijo y ahora le prendieron fuego el rancho a mis otros dos hijos. Gracias a Dios no estaban porque el fuego consumió todo en un ratito. Nos quieren callar, pero vamos a seguir adelante pidiendo justicia por Daniel Giménez”, denunció la familia en las redes sociales.

La escabrosa frase del asesino de Daniel: «Ahí está, te lo dejé hecho un colador»

La hermana y el padre de Daniel Giménez, apuñalado en el Barrio La Cuchilla el 6 de diciembre del 2020, pidió justicia y que los autores del aberrante hecho paguen con la más dura de las condenas. Daniel falleció 24 días después, luego de una larga agonía en el Hospital Centenario.

Gimena y Segundo Salvador, hermana y padre de Daniel, quien fue salvajemente asesinado, recordaron la fatídica mañana en la que su ser querido perdió la vida por dos puñaladas que recibió en los intestinos.

Segundo confió a ElDía que se enteró de que algo había pasado “en un ranchito que tengo a la vera del río en la zona de la Morita”. “Me hablaron por teléfono y salgo corriendo a Primero de Mayo y Jaime de Nevares, unas cinco cuadras de donde me encontraba. Llego y me encuentro con mi hijo tirado, con una puñalada e inconsciente con los ojos cerrados», relató.

«Trato de reanimarlo con 2 cachetadas, abre los ojos por unos segundos, pero vuelve a cerrarlos y ahí me desesperé», contó, y añadió que «les pregunté a los que estaban ahí para dónde se fueron los agresores y me dijeron para el lado de la Cuchilla”.

«Luego de que subieran a Daniel a la ambulancia que lo llevó al Hospital, un auto blanco paró en una casa cercana. Yo voy por Belgrano en dirección a San José, y pasó el mismo auto haciéndome un finito. Después siento un portazo en el auto, como si hubiesen subido a alguien, sigo caminando en dirección a la Comisaría Tercera, y otra vez el auto, a toda velocidad, nos pasó muy cerca. Seguramente con el menor que formó parte del asesinato de Daniel”, consideró el papá de la víctima.

Recordó que «cuando llegué en remís al hospital el doctor que nos recibió fue muy claro, y nos dijo que la situación no era la mejor y que iba a hacer lo imposible por salvarlo. Esperamos un rato largo, hasta que el médico salió y nos dijo que el caso era grave y que había que esperar, Daniel sufrió 6 puñaladas en zonas complicadas del cuerpo, inclusive, la que habría sido la mortal, habría sido por la espalda».

«Después vinieron 24 días de ir cada jornada al hospital y ver como, por momentos mejoraba, y en otros desmejoraba, hasta el desenlace fatal”, lamentó.

«Daniel trabajaba de lunes a viernes, y después hacía la vida de cualquier muchacho de 36 años. Salía, tomaba algo, una vida normal, pero estos pibes (los asesinos) no es la primera vez que protagonizaban problemas”, expresó el hombre, que sostuvo que “si alguien anda con un cuchillo por la calle no es una buena señal».

Por su parte, Gimena señaló que “los testigos declararon en la Justicia que las dos personas involucradas en el hecho golpearon a Daniel con un cuchillo en la cabeza a modo de amenaza, antes de la agresión que termina con la vida de mi hermano. Él tirado en el piso, sangrando, viendo cómo le escapaba la vida, rogó a uno de los testigos que no lo deje morir».

Según contó la joven, ese mismo testigo se dirigió a uno a los agresores diciéndole “¿qué hiciste, hermano?”, recibiendo como respuesta palabras aterradoras: “Ahí está, te lo dejé hecho un colador”, consciente de lo que decía con un desprecio por la vida humana muy evidente.

«No me dejes morir», fueron las últimas palabras de Daniel.

Gastón Castillo, la persona a la que se refieren el padre y la hermana de Daniel Giménez, se encuentra detenido y a la espera de un juicio; mientras que el menor de edad cumple arresto domiciliario en la casa de su familia. “Arresto es un decir porque se lo ve en la calle, que va a buscar los caballos y otras cosas, violando el arresto domiciliario que se le impusiera”, denunciaron.

Además, Gimena recordó que “oportunamente elevé una nota a la Justicia interviniente, solicitando que se los condone a la pena máxima. Alguien que tiene tanto desprecio por la vida, no puede andar caminando por la calle como si nada. Tiene que purgar las más duras de las condenas, porque lo de Daniel no fue un homicidio simple, tiene sus agravantes, ya que hubo ensañamiento y alevosía, lo mataron peor que a un perro”.

Insistió en que se aplique “la pena máxima tanto en el de 20 como en el de 16 años, que más allá de que no lo haya apuñalado, en el momento del hecho cuando el otro lo estaba acuchillando en el piso, lo pateaba, además de ser quien le pegó una pedrada a Daniel en el inicio del hecho. Ese golpe, provocó que mi hermano cayera, entendemos que casi inconsciente al suelo, donde lo mataron”.

La mujer señaló que “mi hermano dejó dos criaturas que sufren por la ausencia de su padre”, y acotó que “si bien estaba separado y que le gustaba vivir solo, hacer su vida, nunca se olvidó de sus pequeños, tampoco de su familia, y hoy soy la voz de mi hermano para que su caso no se olvide y se haga justicia”.

“Era una persona muy buena, no tenía maldad, tuvo defectos como cualquier ser humano, pero totalmente incapaz de lastimar a alguien”, describió. Su padre agregó que «colaboró mucho con el Hogar de Cristo, llevando a personas que tenían problemas de adicción”.

Finalmente, con la voz quebrada y la vista nublada por las lágrimas, Segundo lamentó: “me lo arrancaron, lo mataron de la peor manera, lo asesinaron a sangre fría, no fue por un accidente, una enfermedad, una fatalidad como le puede pasar a cualquiera”.

ElDía

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